Contra la injusticia, lucha. O manos a la obra todos juntos. Esa es la actitud que debe prevalecer ante la adversidad, ante un disgusto a consecuencia de un acto incívico. Y es la actitud que ha adoptado la comunidad educativa del CEIP Sanjurjo de Carricarte, en Monte Alto, para dar respuesta al deterioro causado por unos vándalos en el patio del colegio hace una semana. Pocos días después, el centro y la asociación de padres y madres promovieron la recuperación de algunos de los espacios castigados, como las jardineras de la entrada, la cabaña vegetal y el espantapájaros, Hércules.

¿Qué ocurrió en el patio del Sanjurjo, una vez más, que hubiera que lamentar? Un grupo de cinco o seis jóvenes accedió a las instalaciones educativas saltando una valla y ensuciando el lugar. No fue la primera vez. Primero el sábado por la noche y después el domingo, según vieron algunos vecinos desde sus viviendas; pero también pasó hace un año y dos. Profesores y familias se encontraron el pasado lunes a primera hora con un desagradable panorama de suciedad en el patio: botellas de cristal, cigarrillos, papeles, trapos y bolsas, los restos de un botellón. Hubo que limpiar enseguida la zona, en la que también los invasores orinaron lejos de las zonas más visibles desde el exterior.

Esa misma semana, unos días más tarde, el ANPA y el colegio quisieron mejorar el aspecto del patio arreglando la cabaña vegetal que los vándalos habían dañado, reconstruyendo a Hércules y replantando las jardineras. Fueron supervisados por profesores y ayudados por la arquitecta Nuria Eguren, quien también había colaborado voluntariamente con el centro escolar a poner en pie el proyecto O noso patio. "Así es como el colegio Sanjurjo lucha contra el vandalismo, con educación en el cuidado y respeto de los espacios públicos", cuenta una madre.

La nueva invasión no ha cogido por sorpresa a la comunidad educativa del Sanjurjo de Carricarte. Otros visitantes nocturnos utilizaron el patio a su antojo en los últimos dos años. Durante una temporada se registraron asaltos continuos y desaparecieron un ordenador y un equipo de sonido. Las familias y los docentes exigieron medidas, como una puerta de seguridad y una alarma, y alertaron del peligro de permitir utilizar el patio a personas ajenas al centro,ya que durante el verano las puertas están abiertas para que puedan usarlo los vecinos.

El colegio Sanjurjo de Carricarte presume de su patio, premiado por Unicef por buenas prácticas en derechos de la infancia gracias a O noso patio, un proyecto surgido hace más de tres años que tuvo por objeto la remodelación y mejora del patio. Padres, profesores y alumnos participaron en la iniciativa y colaboró el Concello; desde entonces, el espacio de recreo ganó un huerto, jardines, murales, bancos y un área de juegos infantiles.