Tras una jornada en la que casi una decena de plataformas gallegas, entre ellas la de defensa de la ría de O Burgo, mostraron en Europa los problemas de sus comarcas con el cumplimiento de la norma europea sobre saneamiento del agua, la eurodiputada del BNG, Ana Miranda, anunció ayer que convocará una segunda parte de estas charlas, con expertos internacionales, en Galicia para recoger información en los lugares afectados y forzar a la Comisión de Peticiones a abrir un estudio sobre los ríos y las rías gallegas.

"El saneamiento es un problema común en todo el territorio gallego, ya sea en la costa o en el interior, en las rías o en los ríos, es global, estructural y podría contar con un uso de fondos europeos correcto para llegar a una solución", explicó ayer Miranda, que avanzó que el BNG le trasladará a la Comisión Europea "el conjunto de las demandas realizadas en una proposición única, no de manera individual, como ya estaban en muchos casos, sino como un documento único que aborde todo el territorio gallego". A pesar de que en el Parlamento europeo intervinieron siete plataformas en esta jornada con motivo de la celebración del día internacional del agua, más de 25 han denunciado los problemas de saneamiento integral de los que adolecen sus municipios.

La representante del BNG en Europa solicitó a la Comisión de Peticiones que estudie las deficiencias en el saneamiento de los ríos y las rías de Galicia y que envíe, como ya lo hizo en 2013, a una delegación para que compruebe in situ su estado durante la próxima legislatura y para que, si procede, haga recomendaciones sobre la mejora del saneamiento y proponga sanciones, tras abrir un procedimiento de infracción a España en caso de que se demuestre el incumplimiento de la normativa comunitaria sobre el saneamiento del agua o el mal uso de los fondos europeos concedidos. No sería la primera vez que España recibe una multa por este motivo, ya que es uno de los estados miembro con más amonestaciones por incumplir la directiva del agua.

Este documento conjunto caerá en manos de la responsable de calidad de vida de la dirección general de Medio Ambiente, Verónica Manfredi, que, este jueves, animó a las plataformas en defensa del medio ambiente a acudir a Europa para denunciar y buscar una solución a los problemas de sus territorios.

A kilómetros de distancia, pero con el mismo objetivo, el candidato a la Alcaldía por el BNG, Francisco Jorquera, reivindicó ayer que su formación "no consentirá más engaños sobre la ría de O Burgo", ya que la Comisión Europea confirmó a Miranda que el Gobierno del Estado no había solicitado la reasignación de fondos europeos para cofinanciar al 50% el saneamiento del estuario, valorado en aproximadamente 47 millones de euros. Una circunstancia que da al traste con los planes anunciados por el Gobierno de que la ría esté saneada en 2021.

Para dar continuidad a la propuesta del BNG, de que sea Europa la que desbloquee el proyecto de regeneración integral de la ría de O Burgo, Miranda visitará esta mañana el estuario con el europarlamentario letón Miroslavs Mitrofanovs, miembro de la Comisión de Peticiones. El mismo órgano que decidió mantener abierto el informe sobre el cumplimiento de las recomendaciones realizadas a España sobre el saneamiento de este enclave, toda vez que no se ha ejecutado el dragado de los lodos. La visita de los europarlamentarios en 2013, a iniciativa del BNG, derivó en que el Estado iniciase la redacción de un proyecto de regeneración integral. En septiembre de 2017, el Boletín Oficial del Estado recogió la Declaración de Impacto Ambiental, el paso previo para la publicación del proyecto definitivo y, también, de la licitación de las obras. Al carecer de la financiación completa, la intervención no ha salido todavía a concurso.

"Nunca se rindan", les dijo Manfredi a las plataformas en defensa del medio ambiente, en un momento en el que la Unión Europea se reivindica como una institución que puede cambiar las cosas y que puede forzar a otras administraciones a mejorar la vida de sus vecinos. Es un momento también en el que los parlamentarios europeístas se afanan en mostrar su labor para acallar el discurso de colegas eurófobos y euroescépticos, con los que comparten hemiciclo.