"Su vida fue la pintura, nada más que la pintura". La entrega al arte explica a Bea Rey y sus obras, imposibles de encasillar y arrimadas a distintas corrientes y estilos durante más de cuatro décadas, hablan por ella. Desde ayer se pueden ver y sentir de cerca 70 de sus lienzos en el Museo Bea Rey, en Sobrado dos Monxes, inaugurado como el primer museo de nueva planta dedicado a una artista en España. Sus muros custodiarán un total de 188 obras procedentes de otras salas del país y de la larguísima colección de la autora, explicaba ayer su hermana Isabel.

Esa mujer que pone nombre a un museo es la coruñesa Beatriz Rey Gómez-Guitián, nacida en 1939 y hoy residente en Sobrado, aquejada por la enfermedad y siempre junto a su hermana, la promotora del recinto levantado por el arquitecto Blas Tojo Ferrero que ayer abrió sus puertas en un paraje natural de la localidad coruñesa. "Vacas y verde. Es lo que nos gusta ver y donde estamos más a gusto", repite Isabel, que recordaba el impulso artístico que despertó su padre en ella y en Bea, a quienes llevaba a conocer los museos. "¿Dónde van a estar mejor sus obras que en este lugar?", se preguntaba Isabel en el nuevo espacio artístico, abierto oficialmente en un acto celebrado por la tarde.

La experimentación figurativa, lo abstracto, el surrealismo, elementos simbólicos, el sello cubista. Todo ello tiene cabida en sus creaciones, con Pablo Picasso como faro de referencia e inspiración y siempre con trazados fuertes entre cromatismo y geometría desde sus primeras exposiciones a finales de los años sesenta. "Bea ha pintado de todo porque fue una artista muy reivindicativa con ganas de experimentar, inconformista, siempre cambiando, inclasificable", repasa Isabel Rey. "Ella siempre fue alguien muy especial". Su propio museo la recuerda desde ayer en la calma natural de Sobrado dos Monxes.