"Necesitamos que el barrio se descongestione". Así de contundente se muestra la nueva presidenta de la asociación de vecinos del Agra del Orzán, María Gutiérrez, que asumió ayer el cargo junto a otras catorce compañeras de directiva. Todas mujeres. "Por un lado tengo mucho miedo porque el listón está muy alto, pero en el barrio hay mucha participación y hay que reivindicar muchas cosas", comenta la dirigente vecinal, que asumió el reto tras muchos años participando en las distintas actividades de la entidad, como canto o senderismo.

En el viaje la acompañan, entre otras, Marisol Mirás, que lleva siendo secretaria de la asociación más de un lustro y que ve como un proceso natural que sean solo mujeres las que lideren la entidad en los próximos dos años. "Llevamos años buscando que las mujeres participen de manera proactiva y quisimos dar ejemplo tomando la voz y la dirección", se enorgullece Mirás, que considera que los hombres suelen ser "más asertivos pero no más acertados".

Las dos se muestran de acuerdo en el arduo trabajo que les queda por delante debido a la inacción de las administraciones en los últimos años y un punto de partida negativo. El barrio, apunta Gutiérrez, "está mal construido, es incómodo" y Mirás añade: "Se desarrolló sin criterio urbanístico ninguno". La gran densidad de población que registra hacen que la demanda histórica de contar con un espacio público se haga más necesaria que nunca. "Este año estaremos centradas en tener un parque", promete la presidenta vecinal, que enumera acciones para conseguir que arranque la urbanización del llamado parque del Agra, alrededor del Observatorio: la colocación de una pancarta en la fachada del mercado y el reparto de broches y calendarios para concienciar a los vecinos y hacerlos partícipes.

Pero la entidad vecinal tiene muchas más peticiones, que expondrán al actual Gobierno local y, si cambia tras el 26M, al siguiente. Agilizar la normativa para instalar ascensores, recuperar el molino de A Gramela, instalar un aparcamiento en los alrededor del barrio que palíe las dificultades para estacionar, mejorar las conexiones de autobús o colocar contenedores soterrados, para liberar las estrechas aceras del barrio, son algunas de las ideas.

Tanto la presidenta como la secretaria de la asociación señalan la "vida" que tiene el barrio, que Mirás cree que es "resumen de Galicia" por la cantidad de gallegos inmigrantes en décadas pasadas, pero en el que también viven en "buena convivencia" personas de más de 30 países del mundo.