Una de las contribuyentes más madrugadora se sorprendió de que la declaración de la renta le diese a pagar dos céntimos. Podría no hacerla y guardarse el descuadre para ella, pero ha decidido seguir adelante con el pago de los impuestos. La Agencia Tributaria le ofrece el abono fraccionado de la cantidad que el Estado le reclama, un opción que eligirá, aunque no vaya a notar la ausencia de los céntimos en su cuenta.