Como tantas otras cosas que se hacen sin ánimo de lucro y en el tiempo libre, la iniciativa Outra Forma de Vivenda, que lleva activa desde 2016, se ha encontrado múltiples obstáculos en el camino. "Es un proceso que involucra a gente que tiene sus trabajos y ocupaciones y, como en todo, hay momentos más enérgicos y otros más complicados", explica Olga Burque, una de las promotoras de esta iniciativa, que tiene como objetivo garantizar el derecho a una vivienda a todas las personas y que ese hogar sea accesible, sostenible y que promueva la vida comunitaria.

El colectivo está en proceso de convertirse en una cooperativa y dejar atrás ya la denominación de de asociación sin ánimo de lucro. Saben que a mucha gente todavía le suena rara su propuesta de viviendas colectivas, algo que no tiene que ver con perder la intimidad en el hogar sino con compartir algunos espacios y usos, de manera consensuada, por ejemplo, la lavandería.

Para explicar un poco más el contenido de esta iniciativa y para mostrar que hay otras ciudades en las que esta idea no está solo sobre el papel, los integrantes de Outra Forma de Vivenda dieron una charla el pasado jueves, en Tribuna Pública, el espacio que está en la plaza de Tabacos, al lado de la fábrica, y en la que se debaten iniciativas que se podrían poner en práctica una vez que los muelles interiores sean liberados de su actividad portuaria.

El futuro de esta propuesta en la ciudad, dice Olga Burque, está pendiente, en gran medida "de los resultados de las elecciones", tanto de las estatales como de las municipales. Y es que esta futura cooperativa confía en que las administraciones públicas aporten financiación para poder poner en marcha sus ideas, como lo han hecho ya en Barcelona, con el apoyo de las administraciones y de la banca ética.

No se trata tampoco de construir grandes promociones ni edificios en lugares alejados ni de crear urbanizaciones de la nada, cuenta Burque que, con las limitaciones de A Coruña, y sus características, lo más razonable sería rehabilitar viviendas para ponerlas al alcance de todos los vecinos que las necesiten.

Muchos pensarán que esta iniciativa no es para ellos, que nada tiene que ver con su manera de entender lo que es un hogar, aunque Burque defiende que tiene muchas ventajas, entre ellas, que la cooperativa no tiene ánimo de lucro, por lo que "ya se recortan muchos gastos".

Lo que se suele hacer en estos casos es un planteamiento de futuro, las personas que vayan a ocupar las viviendas entregan como una entrada a la cooperativa, para hacer frente a las obras de rehabilitación o de construcción y, después, una cantidad mensual, por la cesión de uso. En el caso de que estas personas se quieran ir, el dinero entregado en primera instancia sería devuelto y la vivienda podría ser ocupada por otra persona.

En este proyecto no se excluye a nadie, aunque sí que podría ser especialmente útil para personas con movilidad reducida, cuyas viviendas no están adaptadas a sus necesidades y sillas de ruedas o para vecinos que necesiten vivir en compañía.