El Concello enviará a la Dirección Xeral de Patrimonio un informe sobre el descubrimiento de un petroglifo en la zona de Nostián. Fue uno de los vecinos de la zona quien dio la voz de alarma. Y es que, esta piedra llena de agujeros, como cazoletas en las que se posa el agua de la lluvia, está en el camino del poliducto previsto por Repsol, algo que amenaza su existencia, según Carlos Suárez, su descubridor. Cuenta que llevaba ya un tiempo pensando que esos orificios en la piedra no los había hecho la naturaleza, que no eran fruto de la erosión, aunque no fue hasta que conoció el trazado del poliducto cuando se interesó por saber si lo que él pensaba que podía ser un petroglifo lo era o no. Ahora, que se acerca la contratación de las obras y su ejecución, para construir un canal que lleve el fuel bajo tierra desde el puerto exterior hasta la refinería, Suárez ha empezado a buscar opiniones de expertos sobre el hallazgo. Fuentes del Gobierno local indican que conocen ya esta piedra, que redactarán un informe para que Patrimonio estudie su importancia.

"Yo pienso que, si es un petroglifo, si son señales que hicieron nuestros ancestros y que aún ahora no sabemos bien qué significan, hay que conservarlo", comenta Carlos Suárez, su descubridor.

Cuenta que, a menudo, va a caminar por la zona de Nostián, donde su familia tiene algunos montes, y que la presencia de esa piedra y de sus múltiples agujeros redondeados le llamó la atención desde el primer momento, sobre todo, porque otros petroglifos documentados no cuentan con tantas hendiduras como la coruñesa.

En el plan general están identificados el petroglifo Pena da Brúxula, que se encuentra dentro de las instalaciones del club de Golf de A Coruña; también el de O Portiño, que está guardado en el museo arqueológico, ya que la apertura de una cantera en la zona lo condenaba a la destrucción, y el de punta Herminia, que se encuentra "a 32 pasos del de Pena da Brúxula", según su descubridor. Todos son Bien de Interés Cultural.