Fue en 1991 cuando se aprobaba el plan parcial del polígono de Os Rosales, con la ordenación detallada del nuevo barrio. Casi tres décadas después, una inmobiliaria tramita un estudio de detalle para finalizar un edificio de viviendas en el número 50 de la calle Emilio González López, la última parcela privada que queda vacía en la urbanización. A día de hoy, el solar ya está ocupado, por un esqueleto cuya licencia de obra fue concedida en 2008 y que diez años después, en febrero del año pasado, fue declarada caducada por no haber finalizado la estructura en el tiempo concedido por el Concello.

La empresa reactiva ahora el procedimiento urbanístico con el Ayuntamiento para completar los trabajos, reconociendo que "una serie de circunstancias de índole fundamentalmente personal" impidieron acabar el edificio en el plazo fijado. A día de hoy, lo que se puede observar en la parcela es la estructura y la cubierta, el refuerzo de las escaleras, el tratamiento de pavimentos de sótanos y el inicio de la tabiquería interior. La licencia que solicitará la compañía incluirá el resto de obras para poder finalizar el inmueble, que tendrá ocho plantas, con bajo comercial y bajo cubierta.

La inmobiliaria comunica, en el estudio de detalle presentado al Concello, que el objetivo de reactivar la promoción es la de proceder a la puesta en el mercado inmobiliario de las viviendas, plazas de garaje y locales comerciales de la edificación. Pero el inmueble, añade la empresa, "rematará el diseño de la ciudad en un espacio singular conocido como plaza Elíptica" y eliminará el "vacío" que supone " respecto a la uniformidad de la estética y ordenación" del espacio.

Y no solo será un beneficio arquitectónico o para la empresa, con la venta de los pisos o locales, sino que también solventará, añade, los problemas que, dice, estaba causando el abandono del esqueleto a los edificios cercanos. Según explican los representantes de la compañía, los vecinos habían denunciado ante la administración local "daños por filtraciones, humedades, desprendimiento de materiales..." en sus viviendas.

La Junta de Gobierno Local decidió declarar la caducidad de la licencia en febrero del año pasado por estar la obra paralizada desde hacía siete años. El permiso para construir durante 36 meses le fue concedido por el Ejecutivo local en 2008, así como una prórroga de otros 24 meses en 2013, aunque el esqueleto ya estaba abandonado.