A veces, la vida se mueve entre grandes casualidades. A algunas las envuelve un halo milagroso, y otras, en cambio, tienen un cierto toque de humor negro, como si los planes secretos del universo hubieran querido cerrar el círculo con un golpe de gracia. A la segunda categoría, pertenecería el Réquiem en re menor de Mozart. De las decenas de obras creadas por el compositor, quiso el destino, a través de un misterioso encargo, que la última fuera precisamente una pieza pensada para un funeral. Una que el músico podría empezar, pero a la que no sobreviviría.

Su discípulo, Franz Xaver Süssmayr, fue quien tuvo que terminar la partitura. Tenía como ayuda las indicaciones que el artista le había dado antes de morir, aunque en el resultado final el apoyo no le valiese para igualar el nivel de maestría. Entre los primeros pasajes y los últimos, el cambio de autoría se hace evidente. Así lo afirma el director Fernando Briones, buen conocedor de la pieza, que se enfrentaba estos días a ella por segunda vez para acometerla junto al Coro y la Orquesta Gaos.

Las formaciones preparan para este miércoles, 17 de abril, un repertorio centrado en el compositor, del que sonarán dos piezas en el teatro Colón a partir de las 20.30 horas. Una será el Réquiem, que los músicos interpretaban ya hace 8 años en un ciclo por las catedrales gallegas, y para la que contarán en esta ocasión con la mezzosoprano Ana Jesús Sánchez, el tenor David Ferreiro, la soprano Gloria Novoa y el barítono Axier Sánchez. La otra, comparte con el canto fúnebre fecha de nacimiento. El Concierto para clarinete y orquesta en la mayor pertenece también al último tramo de la vida de Mozart, que muestra en esta partitura una cara mucho más amable.

"Se trata de las dos últimas grandes obras que hizo, pero tienen un gran contraste. Por un lado tenemos una misa de difuntos, y por el otro un concierto que está lleno de vida y energía", explica el director. Para reforzar ese carácter, Briones ha invitado al clarinetista Emilio Alonso Espasandín a unirse a sus filas para el directo. El músico abordará la partitura con la orquesta, y abrirá un recital en el que también el Réquiem, más allá de las incontables versiones que de él se han presentado, lucirá una visión singular y llena de fuerza.

La agrupación tiene sus motivos para esmerarse especialmente en este espectáculo. Su director considera el acto en el Colón como la antesala de su programa de aniversario, con el que celebrará a partir de septiembre los 10 años de la Orquesta Gaos. Con vistas a la fecha, Briones quería "hacer algo especial", que le permitiese además conmemorar abril. Fue en ese mes, en 2009, cuando "empezó a gestarse" la idea de la formación, que emprendió su primera temporada a finales de aquel año.

El aumento del número de intérpretes y del interés por la música clásica fueron el viento que impulsó inicialmente el proyecto. Briones recuerda cómo la Sinfónica de Galicia y la Real Filharmonía hicieron crecer "el nivel cultural" en la comunidad, y pusieron sobre escena una tradición de orquesta en la que antes solo existía la de banda. "De los conservatorios comenzaron a salir cada año más músicos, y tenían que tocar en algún lugar. Vimos la posibilidad de buscar un sitio donde disfrutar juntos, y la acogida fue muy buena", cuenta la batuta del grupo, al que apenas un año más tarde se acabaría uniendo el Coro Gaos.

En el área vocal, son hoy "cerca de 150" miembros, una gran "familia" que en los últimos tiempos ha ido incorporando a la cantera. La formación cuenta con un Coro Joven, así como con dos grupos Minigaos a partir de los 5 años, en los que los niños pueden dar sus primeros pasos en el canto. "La voz es el instrumento que todos llevamos encima, hay que acceder a ella desde pequeños", dice el director, que se queda, de esta década, con la "energía" que las agrupaciones han destilado en escena. Para disfrutarla, se pueden adquirir ya las entradas en Ticketea, o acudir al concierto gratuito que ofrecerán mañana en la Iglesia de San Francisco de Betanzos.