Qué mejor situación que, cuando necesitas ayuda, te la ofrezca una persona con la que compartas algo: sexo, cultura, raza, lengua... Esa es una de las bases del programa ReDiversa, que impulsa SOS Racismo. Es, explica la facilitadora de la entidad Jeane Costa, un cambio de "perspectiva" que hace "más fácil" gestiones como, por ejemplo, recibir atención sanitaria cuando no hablas la misma lengua que el médico. La decena de mediadores, migrantes procedentes de Nigeria, Argelia o Siria y con una media de edad de 30 años, ofrecerán servicios de traducción de árabe, francés o wolof, pero también intentarán crear "referentes". "No hay, por ejemplo, negros en política o trabajando de profesores", denuncia Costa, que explica que el grupo ya está trabajando en la otra parte del programa, la de dinamización. Un taller a matronas sobre porteos de bebés al estilo africano es una de las ideas que pondrán en marcha, así como acciones en la calle, en centros cívicos o colegios e institutos. "Buscamos visibilizar a las personas racializadas y migrantes y desmontar bulos, que son las barreras que separan a las personas", apunta.