"El callejero coruñés pasó a homenajear a aquellos que se habían sublevado contra la legalidad democrática". Así explicaban, en 2009, los expertos que propusieron la retirada del nombre de 23 calles de la ciudad cómo el franquismo había provocado que los viales ensalzaran, durante décadas, a personas no merecedoras de tal reconocimiento. El acuerdo plenario de aquel año dio el visto bueno al cambio de denominación de esa veintena de plazas, avenidas o travesías. Pero no fue hasta este mandato, el que se inició en 2015, que el Concello ejecutó el pacto cumpliendo ahora, casi una década después, con la resolución, apoyada por el entonces gobierno bipartito formado por PSOE y BNG.

En octubre de 2015, solo cuatro meses después de llegar a María Pita, el Gobierno local colgaba el nombre de plaza de As Atochas en la que había sido hasta entonces la plaza del General Millán Astray. La estatua del militar ya se había retirado en el año 2010, pero el espacio público seguía homenajeándolo. A partir de ese momento, el Ejecutivo municipal no ha parado de retirar las denominaciones apuntadas por la comisión de expertos.

En algunos casos se ha optado por devolver a la zona su topónimo original, como la calle Socorro, y en otros se ha optado por una temática relacionada con el lugar, como Educación. En otras situaciones, las menos, una persona ha sustituido a otra, como en las calles dedicadas al pintor Alberto Datas Panero o el escritor Antón Vilar Ponte. En todas se mantiene una placa blanca que recuerda el anterior nombre.

El concejal de Culturas, José Manuel Sande, reconoce que se puso "especial atención" al cumplimiento de la ley de memoria histórica, que data de 2007, y considera que fue "prioritario" el cambio en el callejero, que se logró concluir. "Era un asunto en el que estaba todo por hacer", reprocha el edil, que recuerda cómo acabó un mandato de socialistas y nacionalistas y pasó uno de populares sin que se realizara ninguna de estas modificaciones. Solo en un caso no hubo intervención municipal: la calle Almirante Vierna, que desapareció con la construcción de la Casa del Agua, facilitando la labor de cumplimiento del acuerdo municipal.

Retratos

En el mandato que está a punto de finalizar también se cumplió otra parte del acuerdo sobre memoria histórica, la de la retirada de dos retratos de la galería de alcaldes de la primera planta del palacio municipal de María Pita. Los dos primeros regidores tras el golpe de estado, José Fuciños Gayoso, que ocupó el cargo desde julio de 1936 hasta febrero de 1937, y Hernán Martín-Barbadillo y Paul, que alargó su período ejecutivo hasta noviembre de aquel año ya no ocupan un lugar de honor en los pasillos de la planta noble municipal.