Cada día se acercan a la Cocina Económica unas 230 personas para poder comer caliente y llevarse un bocadillo para la tarde o para la noche en el bolsillo. El administrador de la entidad, Óscar Castro, explica que es un "pico histórico" y que esta Semana Santa está siendo la época en la que más usuarios acuden a su puerta a solicitar ayuda. Desde finales de 2018, suman todos los días más de doscientos usuarios, una cifra que, antes, era excepcional.

El trabajador social de la entidad, Pablo Sánchez, comenta que, en primavera, siempre se incrementa el número de usuarios ya que, en invierno la población no suele moverse de donde está. Con la llegada del calor, muchas personas aprovechan para buscar un futuro lejos de los lugares en los que han pasado los meses de frío y lluvia. Los nuevos usuarios, los que llegan desde otras partes del mapa se suman a los que se quedaron desenganchados del mercado laboral durante los peores años de la crisis y que no han vuelto a tener un empleo, que es otro de los perfiles que se sienta a la mesa del comedor de la Cocina Económica.

Explica Sánchez que, en la actualidad, existe un flujo migratorio "muy importante" de Sudamérica y que se mantiene la llegada de personas procedentes del este de Europa, así como del norte de África. Sánchez apunta a que es una migración similar a la que se vivió en el año 2000 y que la tendencia es que "continúe", es decir, que siga aumentando con el paso de los años.

Hay muchos más beneficiarios de la ayuda de la Cocina Económica, aunque no todos comparten mesa y mantel, hay familias, por ejemplo, con menores a su cargo que recogen el menú y lo comen en su casa. Este servicio lleva ya dos años en descenso, aunque no así el número total de usuarios.

En las dependencias de la Cocina Económica, en el número 49 de la calle Socorro, hay también servicio integral de aseo y de lavandería, así como de ropero y un lugar de esparcimiento en el que los usuarios pueden acceder a internet, leer o ver la televisión.

Desde el inicio de este año, el comedor ofrece tres turnos de comida, una medida que antes solo se tomaba de forma excepcional, a veces, coincidiendo con las fiestas navideñas. Desde la entidad, que abrió sus puertas en 1886, comentan que, "ni en los peores años de la crisis" habían tenido tantas personas a diario en el comedor, algo que solventan con mucha imaginación y con donaciones, como la de una vecina que les proporciona las acelgas de su huerta para que puedan ofrecer, cuando menos, un caldo en Semana Santa.