Más de 1.500 coruñeses son beneficiarios de una renta social para hacer frente a necesidades básicas y urgentes que le permitan integrarse en la sociedad. En los últimos cuatro años, según datos del observatorio municipal de Igualdade e Diversidade, ha aumentado el número de personas que reciben estas ayudas.

Hay dos tipos de prestaciones: la Renta de Integración Social de Galicia (Risga), que concede la Xunta y este año ayuda a 1.235 personas; y la Renta Social municipal, con 304 beneficiarios en 2018. El Concello puso en marcha esta ayuda en 2016 y está pensada para que personas en situación o riesgo de exclusión social hagan frente a necesidades básicas, como la alimentación, la ropa y el alojamiento „hipoteca o alquiler„.

Entre 2017 y 2018, los titulares de esta prestación aumentaron en un 62%, ya que se pasó de los 188 beneficiarios a los 304, de los cuales un 56% son hombres.

La situación cambia en la Risga, que cuenta con un mayor número de mujeres (728) que de hombres (507). Se trata de una ayuda mensual para personas con unos ingresos inferiores a la aportación pública que les correspondería en función de sus cargas familiares. La pensión media es de 441,96 euros, una cantidad que disminuyó con respecto al año pasado, aunque la Xunta aprobó el pasado febrero un decreto para subirla 100 euros más. Una norma que permite además compaginar el cobro de la ayuda con un empleo.

En el periodo comprendido entre 2016 y 2016, señalan los datos, aumentaron los beneficiarios de la Risga en un 11%, con un mayor crecimiento en las mujeres, del 16%, frente al de los hombres, que sumaron dos puntos.

Los beneficiarios de la renta social municipal, que no es compatible con la Risga, son además objeto de un estudio individual por las trabajadoras sociales para conocer sus necesidades y sus conocimientos, con el fin de elaborar un plan de intervención para cada persona o familia que permita su inclusión en la sociedad. En el área personal y sociofamiliar, a quienes reciben este subsidio se les proporciona información y orientación, además de formación sobre habilidades sociales, asesoramiento y ayuda escolar, así como la posible inclusión en el programa de trabajo con familias.

Existen también las Ayudas de Inclusión Social (AIS), que cuentan con 88 beneficiarios, que han descendido un 58% en cuatro años. Es una prestación económica, de carácter extraordinario y paga única, destinada a paliar situaciones de emergencia y afrontar gastos extraordinarios y urgentes.