La concejalía de Xustiza Social sostiene que la falta de personal impuesta por los recortes impide ejecutar el presupuesto destinado a la atención a la dependencia y personas mayores. Aún habiendo recursos económicos, argumenta, los "recursos humanos para tramitar y seguir" las prestaciones "no crecen en la misma proporción que el presupuesto detinado a ellas, con lo que no se alcanza la respuesta a la totalidad de la demanda". El Concello apunta a la ley de racionalización impuesta por el Gobierno central durante la crisis en su respuesta al Defensor del Pueblo, que en enero le pidió informaciónDefensor del Pueblo tras el caso de una vecina de 91 años que fue localizada en su casa tras varios días sin comer.

El Defensor, Fernando Fernández Marugán, solicitó información al Concello porque la Administración local "es la que suele conocer mejor estas situaciones" con la idea de trasladar el problema al Congreso y el Senado para abrir un "debate social" en torno a la soledad de los mayores. Tras relatar los recursos de los que dispone el Concello y el número de vecinos que hacen uso de ellos, las principales responsables de Xustiza Social reflexionan sobre la problemática de su departamento a la hora de atender a este colectivo vulnerable.

En su valoración, indican que "hay prestaciones que, debido a su coste y a su dotación presupuestaria, se podría decir que son universales y podrían alcanzar a su población diana" pero los recursos humanos para darles curso no aumentan de manera paralela, por lo que, aunque hay dinero suficiente, realmente no queda cubierta la demanda.

La comunicación considera que las "expectativas iniciales" del Sistema de Dependencia, "como el cuarto pilar del Estado del Bienestar", quedaron "muy reducidas" después de la crisis económica. "Las medidas de racionalización de la Administración pública redujeron el número de efectivos y las necesidades y demandas de las personas mayores crecieron con el envejecimiento de la población y la longevidad", relata la respuesta, que sí defiende que la evolución de los servicios sociales en el Concello ha mejorado a lo largo de los últimos años "en cuanto a número, diversidad, profesionalidad y consolidación", una evolución "que no ha ido acorde con el número de población que se atiende o se atenderá". Las responsables de Xustiza Social reclaman que, ante una situación en la que lo recursos son "insuficientes", se realice una "profunda reflexión sobre el sistema de protección y la búsqueda de nuevos pactos sociales sobre cuidados que den respuesta".

Servicios y programas

El comunicado relata al Defensor del Pueblo los servicios domiciliarios y programas destinados al colectivo de mayores y dependientes. El Concello gestiona la ayuda en el hogar a personas en situación de dependencia reconocida por la Xunta. El objetivo es atender las necesidades básicas de la vida diaria de estos usuarios y aumentar su autonomía. El año pasado hubo 684 prestaciones de este tipo.

Hay también otros dos tipos de atención domiciliaria, una de ellas de carácter básico que busca reducir las limitaciones del día a día „837 prestaciones en 2018„ y otra de carácter sociosanitario, que recibió 79 nuevas altas. Además, la teleasistencia permite dar respuesta a situaciones de riesgo a distancia. En el último año, un total de 1.624 personas llamó a este teléfono. El Concello desarrolla también un servicio de entrega a domicilio, con 855 usuarios, que funciona todos los días del año, y entrega a otras 855 personas un talón restaurante con el que subvenciona menús equilibrados en varios locales.

La prevención y promoción de la autonomía personal es otro de los objetivos de esta iniciativa. Aquí se incluyen los programas de turismo social de la tercera edad, con plazas gratuitas para viajar en turnos programados con el Imserso, y el de termalismo urbano, que ofrece a los cuidadores de personas dependientes el acceso a un spa.

El Concello también presta atención terapéutica en su centro de día, al que el año pasado acudieron 66 personas. Un servicio que completan los centros cívicos con actividades socioculturales de prevención y cooperación social. Esta iniciativa alcanzó en 2018 los 32.065 participantes. El programa de envejecimiento activo trata de mejorar la calidad de vida de personas de más de 55 años y el de Redeiras se desarrolla en locales de los barrios para ayudar a los mayores.