El Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña se ha adherido al programa municipal Redeiras, que tiene como objetivo la creación de un tejido de apoyo vecinal a las personas mayores que viven solas, para evitar su exclusión social. El colegio pone a disposición del Concello la red de oficinas de farmacia para detectar posibles casos en los que los recursos, tanto municipales como de otras administraciones, puedan mejorar la vida de estos usuarios que viven solos. "A todos nos vienen a la cabeza dos o tres casos que podrían servirse de este programa", explica el presidente del colegio, Héctor Castro.

"En las farmacias eso lo vemos muy fácil basándonos, por ejemplo, en la frecuentación, en si el paciente va recogiendo su medicación en las fechas en las que tiene que recogerla, si va cumpliendo bien sus tratamientos y si vemos que va controlando bien su enfermedad. Un indicador sería que ya no recoge la medicación cuando debe, que se olvide de pasar por la farmacia, que veamos, por ejemplo, que pierde capacidades a la hora de tomar la medicación", explica Castro, que, además, cuenta con la información que le aporta el propio paciente, por ejemplo, que está sola, que se cayó en casa y que nadie pudo ayudarle o que le cuesta ya trabajo realizar las tareas del hogar o salir a la calle.

El Concello pretende que a esta iniciativa se sumen más entidades y colectivos, como, por ejemplo, los comercios de proximidad, las panaderías y fruterías, lugares en los que los mayores tienen "depositada toda su confianza", según explicó la concejal de Xustiza Social e Coidados, Silvia Cameán, en la presentación del proyecto, que está todavía en fase de gestación.

Una vez identificados los casos "y siempre contando con la colaboración de las personas mayores, ya que es un programa voluntario", el Concello, a través de su red de servicios sociales, iniciará una intervención para decidir cuáles son los recursos que más se adaptan a estos vecinos, por ejemplo, el bonotaxi o el talón restaurante, para que no pierdan el contacto con su comunidad y para que se alimenten de manera adecuada, puede ser, por ejemplo, atención en el hogar o ir a clases a un centro cívico.

El Concello explica que la intervención incluirá también un seguimiento continuo para que las personas que se acojan al programa Redeiras "sientan el refuerzo de su comunidad y no se sientan solas".

Este programa se anunció en febrero, tan solo unos días después de que la Policía Local hallase a una mujer de 91 años en su casa, sola, sentada en un sillón, desorientada y sin haber comido ni bebido ni haberse aseado durante varios día Policía Local s. Fue un vecino el que dio la voz de alarma después de que la mujer no respondiese a sus llamadas, ni en el teléfono ni en la puerta.

"La soledad y el aislamiento son los dos factores que se pretenden atajar para evitar problemas sociales y de salud. Una detección precoz puede evitar estos problemas. Lo que se pretende es dar apoyo entre toda la gente para que estemos pendientes unos de los otros como hemos hecho toda la vida en una sociedad como la gallega", resume Castro, que confía en que todas las oficinas de farmacia de la ciudad se sumen al proyecto, ya que su colaboración también es voluntaria.

El Concello prevé que las alertas que no son urgentes se canalicen a través del teléfono 010 y que las de atención inmediata, lleguen a la Policía Local, que se pondría en contacto con Servicios Sociales para intervenir.

"La oficina de farmacia tiene, además de un papel sanitario, un papel social en torno al que se puede articular una acción de este tipo", comenta Castro, ya que los clientes hablan con los profesionales de su situación personal.