Vive en el exilio y, para contar su experiencia como periodista y como activista en favor de los derechos humanos, visita A Coruña. Wendy Quintero ofreció el pasado miércoles una charla sobre su país y sobre el primer aniversario de la revolución cívica que se levantó contra los recortes impuestos por el Gobierno.

¿Cómo es la situación actualmente en su país?

Yo llevo cuatro meses en el exilio, actualmente somos 72 los periodistas que estamos en esta situación. Yo estoy aquí porque estoy denunciando las violaciones de los derechos humanos que hay en Nicaragua, en especial de la libertad de prensa y de la libertad de expresión. El 15 de mayo voy a Ginebra, a las Naciones Unidas, para la presentación del informe del examen periódico universal de mi país y para ver qué recomendaciones hace la ONU sobre lo que está pasando. Hay todo un protocolo para hacerlo y el Gobierno presentó un informe de lo más mentiroso, ya que asegura que hay libertad de movilización y de manifestación y es mentira. Desde septiembre del año pasado, solo se puede protestar o marchar si la Policía Nacional lo autoriza, algo que va en contra de la Constitución, que dice que todos los nicaragüenses tenemos derecho a manifestarnos pacíficamente.

¿Y libertad de expresión?

El régimen está persiguiendo a las personas que opinan diferente y nosotros, además, como medios de comunicación independientes, nos damos a la tarea de informar sobre las denuncias de la población, que es lo que el Gobierno no quiere. Cerró el canal 100% Noticias y arrestó al director y a la directora de prensa en diciembre y siguen en prisión. Hay seis comunicadores sociales encarcelados. Nosotros pedimos que los liberen porque solo ejercían su profesión. Cerraron también dos radios comunitarias y las acusan, junto a siete organismos más de derechos humanos, de intentar fraguar un golpe de Estado.

¿Cuando compara la situación de la prensa en Nicaragua y en España, encuentra muchas diferencias? En campaña, Vox, por ejemplo, habla de cerrar medios públicos y privados.

En Latinoamérica, incluso diría que a nivel mundial, los medios y los periodistas están siendo perseguidos precisamente por la labor que hacen. Una de las primeras premisas para vivir en una sociedad democrática es que se respeten las libertades públicas, el fomento de los derechos humanos, entre ellos, la libertad de expresión. Si no existen medios de comunicación ni periodistas, si no hay libertad de expresión, nos movemos hacia un escenario en el que se toman decisiones arbitrarias y que está completamente desfasado. Una sociedad que respeta los derechos humanos es una sociedad que se fortalece.

¿Qué imagen tiene la sociedad civil del periodismo y de los medios en Nicaragua?

Para la sociedad nicaragüense, la prensa es muy importante, sobre todo, las radios comunitarias porque es el medio que utiliza la mitad de la población para informarse. Somos una sociedad bastante joven y tenemos una democracia bastante frágil. Hace cuarenta años estábamos en medio de una revolución en contra del régimen somocista. Ahora estamos igual contra el régimen actual, que lleva doce años en el poder y que quiere perpetuarse. Desde el 18 de abril del año pasado contabilizamos 325 muertos en protestas, la mayoría, a manos de la Policía Nacional, que les disparó. Es tremendo. Están encarceladas doce personas que son presas políticas, y 56 mujeres, muchas de ellas líderes estudiantiles universitarias, están acusadas de terrorismo. Hace quince días Michelle Bachelet informó de que más de 60.000 nicaragüenses se habían ido al exilio a Costa Rica. Hay muchísimas más que se van a otros países de Latinoamérica y que están llegando a Europa y piden refugio. La Policía Nacional continúa con la represión todos los días, hay personas que están siendo secuestradas y golpeadas. El acoso a los medios es el pan nuestro de cada día.

¿Cómo lo ejercen?

Les roban los móviles a los periodistas y los intimidan y los amenazan. Cerraron medios digitales y confiscaron el edificio y los periodistas se fueron al exilio.

¿Esta situación se puede revertir desde dentro o es necesaria la intervención externa?

Necesitamos que la Policía Nacional deje de reprimir, que vuelvan las libertades y que empiece una etapa de diálogo para que regresen los organismos internacionales que velan por los derechos humanos y que fueron expulsados en diciembre por redactar informes en los que decían que el Gobierno era el culpable de las situaciones de represión y de las muertes que se estaban viviendo.