Said Hamdad es un fotógrafo artístico bereber argelino. Salió de su país por motivos profesionales y trabajó en Montenegro, Ucrania y Turquía para acabar recalando en Barcelona y, de allí, en A Coruña. Lo que era un viaje de ida y vuelta se ha convertido, por ahora, en una residencia estable. "Con lo que está pasando en mi país, con el arresto de personas de la oposición política, recibí mensajes que me alertaban del peligro de volver, así que me quedaré aquí", explica. Pese a la tristeza de no poder retornar a su tierra, califica de "muy buena y muy positiva" la experiencia en la ciudad y asume que, la vida, hay que buscársela: "El ser humano sigue el trabajo, el pan, así que yo me quedo aquí". Lleva nueve meses en A Coruña y, aunque satisfecho de su situación, piensa en su tierra constantemente y recuerda también sus refranes: "Del árbol, de donde viene la hoja, uno no se puede olvidar". Le preocupa la falta de referentes migrantes en el espacio público y cree "peligroso" que se les relacione, por ejemplo, en el cine permanentemente con el terrorismo.