Dentro del análisis de los resultados de 2018 del programa A Flote, que atiende a personas en situación de emergencia social, la Fundación Emalcsa, encargada de gestionar el proyecto municipal, alerta de la "situación de necesidad" del colectivo migrante. Y es que, del total de 335 familias atendidas, el 40% están formadas por extranjeros, siendo, advierte la memoria de la entidad, el 5% de la población actual de la ciudad. Este dato es, dice, "expresivo" de las dificultades que tienen las personas que llegan a la urbe.

Dentro de estos 135 beneficiarios del programa, la mayor parte (78) son inmigrantes en situación irregular y una cantidad menor (52) contaban con un permiso temporal de residencia. Solo cinco eran emigrantes retornados. Otro dato que apunta la memoria es que el 7% de los titulares de las ayudas durante el año pasado pertenecen al colectivo gitano. Específicamente, de los 23 totales, 16 fueron familias del poblado chabolista de A Pasaxe, a los que se les facilitó desde Emalcsa la mudanza y realojo en una vivienda normalizada a través de esta prestación económica.

Los perfiles del programa también incluyen 93 familias monoparentales frente a las 85 tradicionales y las 157 personas solas. De las primeras, había 28 víctimas de violencia de género que se acogieron a estas ayudas. Otros tipos de receptores fueron parados de larga duración, personas con diversidad funcional, con conductas adictivas, que han cumplido penas de cárcel o sin hogar.

En términos generales, fueron 813 las personas que se acogieron al proyecto, de las que 246 eran menores, y, dentro de las familias, la mayor parte, 204, estaban encabezadas por una mujer y un total de131, por un hombre.

Vulnerabilidad

La Fundación Emalcsa destaca que más del 22% de los beneficiarios tuvieron que recibir otras ayudas, por lo que alertan de "la complejidad de las situaciones de vulnerabilidad de las familias" y, por otra parte, de la "dificultad" de encontrar acciones que puedan paliar las dificultades "en plazos cortos". En términos numéricos, de las 335 familias acogidas en el programa, 75 necesitaron más de una prestación para hacer frente a una situación que de urgente pasó a temporal. De estas, 55 necesitaron dos ayudas; doce, tres ayudas; siete, cuatro ayudas y una familias requirió hasta seis.

El 95% de las subvenciones que concedió la entidad se destinaron a la vivienda, tanto a mantenerla como a tener una nueva ante un desalojo inevitable. Las mensualidades de pisos o habitaciones y depósito de fianzas fueron los conceptos más subvenciones aunque también se abonaron facturas de suministro, mudanzas o equipamiento básico.

La Fundación Emalcsa concedió en 2018 un total de 429 ayudas de emergencia social, lo que supone más del doble de ayudas que en el año anterior, pues en 2017 se tramitaron 197. La cantidad que la entidad e Inditex „que se unió a la iniciativa hace dos año„ han aportado también se ha duplicado entre ambos años. El año pasado, el programa de integración social distribuyó una cantidad total de 205.626 euros, con un importe medio de 479,31 euros y hace dos años, el presupuesto alcanzaba los 104.000 euros globales.

El programa nació en 2016 con un acuerdo entre Fundación Emalcsa y Concello para dar una respuesta rápida e inmediata a las necesidades de las personas que se acercan a los servicios sociales buscando un recurso que les ayude en una situación de urgencia.