"El gran pulmón del Agra". No se cansó de llamar así el Gobierno local socialista a la transformación del entorno del Observatorio durante la segunda mitad de la pasada década. En la presentación del proyecto, a comienzos de mayo de 2008, la concejal de Urbanismo, Mar Barcón, recurría a los mismos términos para detallar que en el zona se crearían espacios verdes, equipamientos públicos, aparcamientos, una escuela infantil, la Casa de la Igualdad y bloques de viviendas, casi 400: "el gran pulmón verde" del Agra do Orzán. Pero ese pulmón, justo once años después, no ha experimentado ninguno de aquellos cambios anunciados. Esta semana su desarrollo ha pasado por junta de gobierno para someterse a la aprobación de modificaciones urbanísticas derivadas de pleitos judiciales contra el plan general, pero que no garantizan que esa transformación de la zona se vaya a poner pronto en marcha.

¿Qué ha pasado en más de diez años para que el parque del Agra continúe convertido en uno de los grandes desarrollos urbanísticos frustrados de la ciudad? La crisis inmobiliaria que explosionó hace una década y paralizó numerosas inversiones en tres mandatos ha tenido que ver en ello, aunque no es el único factor.

El proyecto del polígono, en realidad, no generó consenso: por un lado, los vecinos del entorno rechazaban nuevas edificaciones en un barrio tan superpoblado como el del Agra; por otro, propietarios de terrenos en el ámbito vieron lesionados sus derechos con la reforma del plan general en 2013, que supuso para ellos la pérdida de edificabilidad y la alteración de las parcelas previstas. Un promotor denunció al Concello y reclamó más de tres millones y medio de euros como indemnización, que el Consello Consultivo estimó no avalar. Además, a la empresa de vivienda se le había encargado la reparcelación, que nunca se llegó a aprobar.

En la etapa de Gobierno de Francisco Vázquez, el alcalde anunció el proyecto en 2006 con una superficie verde de 25.000 metros cuadrados, reducidos a 14.000 dos años después. El desarrollo escondía la recalificación de una parte del área y, como paso previo, la suspensión de licencias en el ámbito afectado mientras no se aprobase la nueva ordenación. La orden de las Adoratrices había solicitado al Ayuntamiento en 1996 que recalificase la parcela donde tenía su convento, con frente a la calle Gregorio Hernández, para convertirla en residencial. Vázquez se negó. Las religiosas, que pretendían obtener recursos para mantener su orden, vendieron los terrenos al empresario Juan Carlos Rodríguez Cebrián y, en 2005 el Gobierno local anunció la recalificación del solar para autorizar la construcción de viviendas.

Durante el mandato del PP el Ejecutivo modificó la plan general y otorgó al parque del Agra, donde seguía sin desarrollarse nada de lo previsto por el PSOE, el carácter de suelo no consolidado, lo que motivó una demanda de Cebrián por la reducción de edificabilidad. La denuncia acabó en el Tribunal Superior de Galicia, que en 2015 obligó al Concello a recalificar la parcela de las Adoratrices para excluirla del ámbito con la calificación de suelo urbano consolidado.

El actual Gobierno local heredó el desarrollo del parque y acaba de culminar la tramitación del cambio en el plan general para retirar del futuro polígono este terreno y el área del Camino del Pinar, también con menor edificabilidad. ¿Cuándo habrá obras en la zona? Eso nadie lo sabe aún. "Damos un paso muy importante para poder dotar al Agra del parque del Observatorio y la calidad urbana del barrio va a ganar respecto a lo que estaba previsto", dijo ayer esperanzado Xulio Ferreiro.