Un homenaje a lo diminuto, y a la pintura que, sin grandes dimensiones, causa un hondo impacto igual. Eso es lo que ha recogido en la Casa Museo Casares Quiroga el artista Lino Braxe, que inauguró ayer en el recinto su muestra O regreso dos pequenos deuses. El coruñés ha hecho una selección de más de una treintena de acrílicos, que van "desde la miniatura hasta el formato medio". La dominan paisajes abstractos y esbozos de la naturaleza, que permanecerán expuestos hasta el 15 de junio.