La Policía Científica cumple 25 años y lo celebra con una exposición y una jornada en A Coruña en la que participará el experto genetista Ángel Carracedo o el juez José Antonio Vázquez Taín, así como diversos agentes de esta área del 091. El jefe de la brigada provincial, Vicente Ángel Riveiros, que coordina a los 27 funcionarios de la provincia „de los 97 que hay en Galicia„, invita al ciudadanía a aprovechar este evento, que se desarrollará entre el 22 y el 24 de mayo, para conocer "a su policía, en general y a la científica, en particular".

¿Cuándo nace esta área?

La Policía Científica se crea en España en 1911. El primer gabinete fue en Madrid y se fue ampliando. Aquí en A Coruña hay una reseña en 1915. Pero estaba encuadrada en la Policía Judicial. En policía hay cinco áreas operativas: seguridad ciudadana, policía judicial, información, extranjería y, desde hace 25 años, la científica. Antes, había otra estructura. En 1994 se consigue, a través de un real decreto, que se independice de Policía Judicial y alcanzan todas el mismo nivel. Es una entidad independiente y tiene más autonomía para crecer.

¿Cómo ha cambiado en más de dos décadas?

Hay un cambio brutal. Hay dos avances muy importantes: en la fotografía y la informática. Ambas han transformado la Policía Nacional. Cuando yo hacía las prácticas, en el año 1982, la fotografía era como se hacía antes: en blanco y negro y totalmente manual. Ahora vamos a una inspección ocular y hacemos 100 o 200 fotos, las que sea, no hay ningún problema. Antes, se llevaba un carrete pequeño, cortado, en blanco y negro, se hacía una serie de fotos, llegabas a la oficina y lo primero que tenías que hacer era el revelado de fotos. Y tenías que ser muy experto porque esas fotos no se podían repetir. Ahora ese problema ya no lo tenemos.

¿Y en informática?

Ahora tenemos, por ejemplo, el Servicio Automático de Identificación Dactilar (SAID), ese que vemos en la serie CSI, que meten una huella en el ordenador y nos sale una cara. Eso es mentira, no es verdad, ni para ellos ni para nosotros. Sus sistema no es mejor que el nuestro y, en Europa, nosotros somos pioneros. La informática, lo que nos permite es meter la huella y el ordenador te da una serie de candidatos, pueden ser diez o doce, y son dos peritos en dos tiempos diferentes los que hacen informes sobre la huella y, si son coincidentes, se da por buena. En caso contrario, se nombran otros dos peritos. Al final siempre es el trajo del perito, siempre, el que determina. La máquina nos da coincidencias. Lo que sí es cierto, que ya existe, es la búsqueda rápida. Cuando hablamos de huellas dactilares perfectas, si se pueden cotejar y si esa persona tiene antecedentes, puede salir en segundos, en menos de un minuto.

Las máquinas ayudan, pero los agentes son básicos.

Siempre hablamos de laboratorios, de ADN, de químicos? Lo más importante es la inspección ocular, el compañero que va allí, con su maletín de inspecciones oculares y con su cámara de fotos y de vídeo y que es capaz de revelar esa huella, de recoger evidencia? porque, sin eso, los demás no podemos trabajar. Después hay una tramitación y pasamos la muestra al laboratorio y tarda su tiempo. No es ni un día ni dos ni cinco. A lo mejor puede ser una semana si hay muchísima prisa, porque es un tema súper urgente, de un homicidio. Los demás asuntos van en orden de entrada. Los procedimientos y los robots que usamos son los mismos que en las series de televisión. La diferencia reside en el tiempo de resolución de las historia.

Resolver un caso grave, como un homicidio, lleva su tiempo.

No se hace ni en un día ni en dos ni en una semana y, a veces, ni en meses. En este sentido, quiero decir que en aquellos asuntos que no están esclarecidos, que los hay y en Galicia hay más de uno, la policía sigue trabajando. La ciudadanía tiene que saber que esas investigaciones no están archivadas en un cajón, están encima de la mesa y en lugares muy visibles.

Además de crímenes, ¿en qué otros casos actúan?

Vamos a los casos que requieren una inspección ocular. El día a día de una brigada como esta, afortunadamente no hay homicidios, pero sí que hay desde cosas sencillas, como el robo en el interior de un vehículo, donde pueden quedar evidencias, hasta robos en establecimientos o domicilios, lesiones y, a veces, incluso en casos que no son propiamente nuestros, como pueden ser temas de daños. No todos los asuntos se esclarecen, pero procuramos facilitarle al juez toda la información posible para que él pueda decidir con más elementos.

¿Cuál es el futuro de esta área del 091?

La Policía Científica evoluciona como la sociedad, la delincuencia ya va por otros derroteros. Hace no mucho hacíamos un registro y traíamos legajos, papel, y ahora prácticamente no traemos, se trae todo en soporte digital. Nuestro grupo de informática forenses tiene una labor importante. Todo aquello donde la ciencia evoluciona, intentamos aprovecharnos de ese avance. Nuestra comisaría general tiene en Madrid una parte de I+D donde estamos aportando ideas e intercambiando información con organismos europeos. Somos como el vino, estamos vivos y con el tiempo mejoramos.

¿Son reconocidos en el resto de Europa?

Tenemos un prestigio fruto de un trabajo bien hecho. Solo hay que ver los índices de delincuencia para ver que España, en general, y Galicia, en particular, ocupan muy buen puesto.

A Coruña no registra un numero elevado de casos graves, ¿esto les ayuda?

El trabajo está más o menos al día. Hay algunas áreas donde hay carencia de personal, como en la Policía en general. Hay atrasos que nos parecen a nosotros mismos exagerados, pero no damos más. Y la formación de peritos lleva su tiempo. Para estar en la Policía Científica hay que tener una formación, desde el curso de iniciación hasta los de distintas especializaciones. En Galicia estamos al nivel de la policía española y como otros países. Con respecto a A Coruña, hay ciudades donde están peor.