Las 20.000 viviendas vacías que hay en la ciudad „una cifra redonda a la que en los últimos años acuden las administraciones apoyadas en estadísticas oficiales que datan de 2011„ encuentran en la Ciudad Vieja un foco de alta representación. Entre todos los pisos del casco histórico, el 34,7% están sin ocupar. Son casi tres veces más que el porcentaje de viviendas deshabitadas en el conjunto de la ciudad respecto a todo el parque residencial, del 12,2%, según refleja el documento elaborado por el estudio de urbanismo Mmasa para que en el próximo mandato el Ayuntamiento aborde la revitalización de la Ciudad Vieja.

El informe localiza 641 viviendas vacías o "de otro tipo" en el barrio histórico, cuyos límites interiores llegan hasta la plaza de María Pita y el cuartel de Atocha. Son más de tres de cada diez: el 34,7% del total de inmuebles de la zona utilizados como residencias principales y secundarias. El porcentaje triplica al de los pisos vacíos repartidos por la ciudad en su globalidad, 20.656, el 12,2% del total de viviendas, algo más de 151.000.

Estos datos, matiza el documento, son el resultado del establecimiento de un marco comparativo según estimaciones proporcionales para las cifras relativas al año 2018, dado que el último Censo de Población y Viviendas actualizado es de 2011. En aquel año el Instituto Nacional de Estadística contabilizaba 19.283 viviendas deshabitadas en toda la ciudad, de las que 564, el 2,9%, estaban en el casco antiguo; hoy el porcentaje sube ligeramente, hasta el 3,1%.

El concepto de vivienda vacía no es fácil de calcular, advierte siempre el sector inmobiliario, que es unánime al aplicar la consideración de piso desocupado a aquel habilitado para comercializar y ocupar en venta o alquiler, categoría en la que caben las promociones nuevas y los pisos susceptibles de reforma. Descartan por tanto que en el grupo de vivienda vacía se incluyan aquellas que están en estadio ruinoso o en las que, sin estar tan deterioradas, es muy complicado residir en ellas y obrar.

El documento elaborado para plantear la dinamización de la Ciudad Vieja, una actuación integral que sucedería a la peatonalización completa de la zona, rubricada hace casi un año, localiza viviendas vacías según el patrón de habitantes en calles como Amargura, Zapatería, Príncipe, Sinagoga, Santa María y Herrerías, entre otras.

Una de las líneas de actuación en las que se estructura el apartado del informe dedicado a la rehabilitación de vivienda en la Ciudad Vieja hace mención a la defensa del patrimonio histórico y cultural del barrio, para lo que aboga por la prevención de las declaraciones de ruina de los edificios que se encuentran en peor estado "mediante instrumentos legales a su alcance".

El texto hace referencia a que en los últimos años el barrio "ha sido capaz de atraer nuevos vecinos" pese a la complejidad de los procesos de rehabilitación de inmuebles debido a la protección específica que tienen los mismos por su propia morfología y estética. "Es un área históricamente degradada producto del abandono por parte de la administración pública, que no implementó ningún plan integral de revitalización más allá de iniciativas parciales e intervenciones muy localizadas, y por capital privado", apunta el documento.

Los autores del plan, que se abrirá a la participación pública, proponen medidas como la rehabilitación y el acceso a la vivienda con prioridad para la población residente con menos recursos, el aumento de subvenciones y un programa de cesiones de inmuebles para alquiler social.