La L del topónimo causó hace más de una década discrepancias institucionales que encontraron eco en la calle. ¿La Coruña o A Coruña? ¿O debemos llamar a la ciudad Coruña, sin artículo, de uso más coloquial entre los vecinos? El caso es que tras un calmado periodo de convivencia entre la denominación gallega „la oficial„ y la castellana del nombre, hace diez años el PP avivó la polémica lingüística al afirmar el entonces delegado territorial, Diego Calvo, que los populares de A Coruña tenían "en cartera" que el Parlamento gallego aprobase la cooficialidad del topónimo.

El presidente provincial del partido y futuro alcalde en la siguiente legislatura, Carlos Negreira apelaba a la libertad de elección, aunque inclinándose por la recuperación de la L: "Después de 25 años en la calle se dice La Coruña y hay que adaptar las normas a la realidad". El regidor, el socialista Javier Losada, insistía en "respetar la disposición de Normalización Lingüística" para admitir como oficial el topónimo gallego. Y la Xunta aseguraba que solo cambiaría la denominación si se lo solicitaba el Concello.

Cuando Negreira fue alcalde mantuvo la convivencia y el asunto no creó ninguna controversia ni vecinal ni institucional. Solo hoy Vox, en vísperas de elecciones municipales, defiende que vuelva la L.