El Concello que presidía Alfonso Molina despidió con honores a Manuel Piñeiro Pose justamente por haber decidido donar el inmueble que aún no está en manos municipales. La Corporación acordó organizar un funeral y colocar una placa de agradecimiento en la calle Teresa Herrera así como dedicarle una vía. Esta última iniciativa se haría realidad en el año 1971, cuando se urbanizó la zona conocida como rellenado de San Diego. Allí está hoy ubicada, entre la avenida del Ejército y Nicomedes Pastor Díaz. Los concejales decidieron homenajear al ciudadano por su faceta de filántropo, como lo habían sido otros coruñeses como Adelaida Muro, Eusebio da Guarda o Ángela Labaca. La diferencia es que, en este caso, el acto solidario que se le reconoce y que dejó plasmado en su testamento aún no se ha efectuado.