El "lamentable" estado actual del mercado de Santa Lucía, construido a comienzos de la década de los ochenta, invita a rehabilitarlo con una "nueva imagen", según señala el proyecto de reforma e incorporación del centro cívico del barrio de A Falperra que, sobre la bocina de final de campaña electoral, ha entregado al Ayuntamiento el arquitecto José Manuel Gallego Jorreto, responsable de la obra original. El documento establece un periodo de ejecución de los trabajos de 24 meses y prevé un coste de licitación de 6,3 millones de euros con el IVA incluido, aunque estima una ejecución material de 4,4 millones.

Esa imagen nueva será producto de la concepción del inmueble como un edificio híbrido abierto al exterior y "permeable al ciudadano", al que se le añade un uso social activo y en torno al cual se mejorarán las condiciones ambientales. El bloque mantendrá su estructura, que sí se encuentra en buen estado, y respetará su disposición volumétrica y las características básicas de la arquitectura del mercado, que tendrá menos puestos de venta que los actuales „la mayoría cerrados desde hace tiempo„ pero cada uno con mayor superficie, de acuerdo con el proceso de "revisión y actualización de los mercados de la ciudad".

El proyecto plantea la posibilidad de que la obra se realice por fases independientes, con la creación del centro cívico por un lado y la reforma del mercado por otro, espacios que estarían conectados a través de una cafetería en la primera planta. Los accesos a los distintos usos del edificio serían autónomos: a los servicios de suministro y de atención al público de la plaza de abastos, por la cota más baja de las calles Inés de Castro y Pasadizo de Pernas; al centro cívico, adosado a la medianería en el linde del solar y desarrollado en altura, a través de dos núcleos de escaleras y ascensor.

El volumen escalonado del edificio, la disposición del patio central con lucernario, los niveles interiores organizados mediante entreplantas y la fachada ligera pasarán con pequeñas variaciones a ser elementos del nuevo edificio. El semisótano se reserva para almacenes y vestuarios. A la planta baja, con usos de hostelería y floristería, se accedería por la calle Doctor Fleming. Encima de ellos se instalarían los puestos de carnicería, frutería y artículos variados de alimentación, además de la cafetería del mercado. Entre la segunda y la quinta planta habría aulas, despachos, salas y departamentos del centro cívico.

Entre las actuaciones que recoge el proyecto de Gallego Jorreto está la eliminación de los distintos bajos comerciales que ocupan el perímetro del edificio, la ligera ampliación de las aceras y la plantación de un árbol de gran porte y otro más reducido en un punto en el que se adecuarían bancos. "El mercado se abrirá todo lo posible a las calles creando un espacio urbano con vida propia que puede ayudar al objetivo buscado de dinamizar el barrio, al constituirse en una estancia pública para los ciudadanos", resalta el proyecto.

Sin centro de salud

La reforma del mercado de Santa Lucía encargada al autor de la obra original no incluye la adecuación en el edificio de un centro de salud proyectada por el Gobierno local anterior y demandada por los vecinos de A Falperra. Jorreto consideró inviable la conjugación de los usos comercial y sanitario en el mismo inmueble y el Concello y Sanidade chocaban respecto a la disposición de la instalación médica, ya que la Xunta se negaba a que ocupara varias alturas. El Ejecutivo local le ofreció alternativas en una sola planta en una parcela del Paseo de los Puentes y en el barrio, que fueron rechazadas. El conflicto enfrentó a los vecinos con el Concello y los primeros, por su propia iniciativa, presentaron a la Consellería varios bocetos diseñados por arquitectos para integrar los dos usos.