Laura Sulaj es una pianista albanesa de 18 años. En estos momentos, aparte de haber realizado ya diversos conciertos en distintos paìses y ganado algunos premios, recibe clases magistrales del maestro vienés Karin Wagner. En nuestra ciudad, hemos tenido el privilegio de escuchar sus primicias que indican ya un futuro que puede llegar a ser esplendoroso de perseverar en sus impresionantes dotes técnicas y de pulir algunas dificultades. Ante todo, debe elegir un programa adecuado a sus posibilidades reales Ya se sabe que todos los principiantes desean empezar la casa por el tejado; los barítonos, por ejemplo, cuando comienzan a educar la voz quieren cantar Rigoletto. El programa que nos ofreció Laura es de una dificultad extrema y además exige una madurez impropia de su edad actual. En segundo lugar, es preciso que controle su poderosísima pulsación; el uso desmesurado hace que, lo que constituye una innegable y valiosa cualidad, se convierta en un exceso que rompe el sutil juego de los volúmenes; sobre todo, en Chopin y en Beethoven. Si además se utiliza en demasía el pedal de resonancia, el resultado es con frecuencia que las líneas sonoras se emborronen con perdida de fraseo y de inteligibilidad. Las condiciones técnicas de Laura son en verdad notables: en muchos momentos, la digitación es limpia, "perlada", las escalas dobles, incluidas las cromáticas, y los más difíciles y veloces arpegios se resuelven con soltura; la mano izquierda es poderosa y ágil. Por añadidura, la artista parece incansable frente a un programa agotador. En suma: hemos asistido a un adelanto del futuro. Será muy gratificante volver a escuchar a Laura Sulaj dentro de algunos años y comprobar esta visión premonitoria.