Santiago Cirugeda es el "primer arquitecto del país en fomentar la arquitectura colectiva". Está relacionado con el arte contemporáneo y acudió a Art Basel (la feria internacional de arte contemporáneo más importante) como artista invitado. Allí construyó un pabellón "para que ocurriesen dentro intervenciones sociales", explica la directora de la Fundación Luis Seoane, Silvia Longueira. Esa estructura se desmontó y parte del material fue utilizado para realizar una reproducción de su trabajo en la Fundación Luis Seoane. Un año después, vuelve a la vida en el campus de Elviña.

En el pabellón de Estudiantes se comenzó ayer a construir una cabaña que será un Aula Libre, para el uso que decidan los estudiantes. Un centenar de voluntarios participan en esta iniciativa bajo las órdenes de Cirugeda.

En este periplo, faltan algunas paradas intermedias. A raíz de la muestra del vigésimo aniversario de su estudio y Recetas Urbanas, Cirugeda y Longueira comentaron la posibilidad de que esa construcción se quede en la ciudad. A su vez, Longueira habló con el Concello y con la facultad de Sociología, en donde les entusiasmó la idea y les gustaría que "fuese símbolo del Campus da Sustentabilidade", afirma la decana de Sociología, Raquel Martínez.

"El éxito de esta actuación llega porque hay un trabajo detrás desde hace un año", apunta Longueira. En ese proceso, el alumnado de Sociología se desplazó a la Cañada Real, donde el equipo de Cirugeda estaba construyendo un centro social en colaboración con 1.200 vecinos.

"Fuimos sesenta alumnos y seis profesores. No les expliqué mucho, pero era un tema que les atraía, por cómo se construye y cómo se mantiene. Cuando vimos cómo se relacionaba con el entorno y con la población, cómo participaban en un proyecto artístico y social, se convirtió en la mejor experiencia docente que hemos vivido".

Fue algo "mágico" y, si al principio había cierta reticencia "incluso por la compañía de buses" por ir al poblado, a la vuelta, todos los integrantes de la expedición "e incluso el conductor" estaban "emocionados" y no dejaron de hablar del proyecto durante las siete horas del viaje.

El resultado de todo este proceso es que profesores, personal administrativo, alumnos y equipo del rectorado de la Universidade y funcionarios del Ayuntamiento "se han enganchado" a la construcción del Aula Libre, que esperan inaugurar la primera semana de junio.

"En el primer día ya ha sufrido cambios". En la arquitectura colaborativa, las decisiones las toman los voluntarios. Decidieron que era mejor "fuera" del pabellón y se han ido "a las chatarrerías a preguntar por nuevo material, porque todo tiene que ser reciclado", concluye Martínez.