Macondo no es solo el pueblo que conquistó a los lectores en las novelas de Gabriel García Márquez. En A Coruña es algo más. Una cafetería en San Andrés que mantiene su aire retro entre conversaciones, partidas de ajedrez y cuadros. Este año celebra su 25 aniversario con ganas de hacer un viaje a pasado. "Nos gustaría hacer una exposición de fotografías de este cuarto de siglo para ver la evolución del local y de los clientes", cuenta el propietario, Ángel Brey.

El dueño de El café de Macondo recuerda a la perfección aquel 17 de marzo de 1994 en el que empezó la aventura junto a su hermana. "Vivíamos en Madrid y queríamos hacer algo en A Coruña como lo que veíamos en Malasaña. Esos cafés con actividades culturales", señala. En apenas un año, encontraron el local perfecto y abrieron Macondo. "Queríamos compaginar la cafetería con la cultura. Y lo conseguimos. Tuvimos mucho éxito", reconoce.

El nombre, asegura, fue cosa de su hermana. "Yo tenía otra idea", confiesa entre risas. En su cabeza estaba El loto azul como nombre estrella para su nuevo local. "Porque me gustaba mucho Tintín", se defiende. Pero ganó Macondo por la novela Cien años de soledad. "Además, mi hermana ya había tenido una tienda de ropa con este nombre y quisimos recuperarlo", añade.

El tiempo habla y aquella decisión fue "un acierto". Veinticinco años después, la cafetería continúa abriendo sus puertas a los clientes en el número 106 de San Andrés. "Es increíble cómo ha pasado el tiempo. Hay cierta añoranza de aquellos años", indica Ángel Brey sobre una etapa que no quiere olvidar y por ello pide a los clientes que le lleven "fotografías que tengan" de Macondo.

El dueño del establecimiento analiza que "todo ha cambiado mucho" y eso provoca que la clientela "no sea igual que antes". "Recuerdo que entonces, cuando abrimos, había más vida en la calle. La gente salía más. Ahora es diferente", opina. Y no solo cambiaron los hábitos, también las calles. "San Andrés tenía más vida y con la crisis cambió mucho. Siempre fue una zona en constante cambio, la verdad, y seguro que va a seguir siendo así", comenta.

En sus 25 años tras la barra del bar, Brey confiesa haber conversado con un sinfín de clientes. "Con algunos, aunque ya no vengan por aquí, sigo teniendo contacto. Otros se fueron a vivir fuera y, a veces, me visitan. Mientras que hay otros que solo se reúnen aquí en Navidad, por ejemplo, y me alegra mucho verlos después de tanto tiempo", expone.

Esos clientes son los que, llegado este momento, le dicen "¿cómo han podido pasar 25 años?". "Pues sí, pasaron", responde Ángel Brey, aunque lo hace con una sonrisa en la boca por los momentos vividos y, por supuesto, por los que quedan. En sus planes todavía hay un hueco importante para Macondo. "Ojalá seguir aquí otros 25 años", desea el propietario.

Además de las conversaciones e incluso amistades con sus clientes, de los cafés y las cervezas, en este local de San Andrés el protagonismo lo tiene el arte. "Desde el principio pensamos que queríamos tener exposiciones y así seguimos", explica Brey, que dedica la primera planta del local a muestras artísticas.