El alumno de la Universidade da Coruña Pablo Marcos Pacheco recoge hoy el primer premio de Sostenibilidad de la UDC en la modalidad de trabajos de Fin de Grado por su estudio A prendizaxe e Servizo para protexer o Medio Ambiente: Plásticos e Microplásticos, del Grado en Química de la Facultad de Ciencias. Lo hará en el Día de Medio Ambiente, en el Rectorado.

¿Cómo decidió centrarse en el impacto de los plásticos y los microplásticos?

Al principio, el trabajo era de aprendizaje y servicio, pensaba que era solo de documentación, pero después quise probar con una parte experimental y la hice en un centro de menores de Ferrol. Allí, hice una presentación a los chicos sobre el impacto de los plásticos para que la información llegue a personas que no disponen de medios para conocer esta problemática.

¿Cómo recibieron la información, cambiaron su manera de interactuar con el medio ambiente o siguieron igual?

Creo que sí, porque hicimos juegos y experimentos, participaban y les preguntaba cosas en la charla, así que, creo que sí, que salieron aprendidos de allí.

¿Estamos aún a tiempo de cambiar las cosas o está todo perdido y de nada vale ya que los supermercados cobren las bolsas para reducir el impacto del plástico?

Más importante que el impacto del plástico es el del microplástico y el de los aditivos y de estos no se habla tanto. De la utilización del plástico estamos ya más concienciados, por ejemplo, de no coger las bolsas en el supermercado, de no tirarlas y reutilizarlas. Los microplásticos, que son pequeñas partículas de plástico que se degradan con la acción de diferentes agentes, van a parar al mar y tardan mucho en descomponerse, algunos llegan a zonas muy lejanas, como al Ártico. Esos microplásticos se los comen los peces, se incorporan a la cadena trófica y los ingerimos nosotros.

Y los aditivos, ¿qué son?

Son componentes que se le añaden a los plásticos para mejorar sus propiedades. Como muchos de ellos tienen bajo peso molecular, se liberan. Hay hasta 37 tipos, desde colorantes, blanqueantes a conservantes. Un ejemplo muy claro se ve en los tupper de plástico y que, después de calentarlos y de usarlos, esos aditivos se liberan y nos los comemos y eso puede derivar en enfermedades muy graves, como cierto tipo de tumores o malformaciones.

¿Qué pautas se deben seguir para evitar contribuir a la proliferación de los microplásticos en el medio ambiente?

Principalmente, reciclar. El problema es que no disponemos de medios y tecnologías tan avanzados como para reciclar todo el plástico que estamos utilizando. Lo principal y la mejor solución, bajo mi punto de vista, es usar sustitutivos del plástico. Más que hacer cosas nosotros, creo que los gobiernos tienen que hacer leyes porque cuando tenemos que pagar algo es cuando aprendemos y se encuentra solución. No llevamos la bolsa por reciclar sino porque no queremos que nos la cobren.

¿Y hay que cambiar ciertas rutinas?

Sí, por ejemplo, los geles exfoliantes tienen muchísimos microplásticos, son muy difíciles de ver y más de eliminar. Hay que tener mucho cuidado con ellos. En la playa vemos plásticos a simple vista pero hay muchísimos más microplásticos que no se ven, pero que están ahí. La industria agrícola, por ejemplo, también es una de las principales fuentes de contaminación y casi no se tiene en cuenta. La prensa debe centrarse también en ella, porque hay poca información sobre su impacto.