Un local de hostelería de la Ciudad Vieja adorna sus ventanas con geranios, pero la frecuencia con la que sufre el robo de estas flores ha llevado a su propietario a colocar en el exterior un cartel en el que reprende a quienes se las llevan y además les informa de que, en caso de que quieran una, él mismo se la proporcionará sin necesidad de que recurran a sustraerla de forma furtiva.