Marea Atlántica saca pecho del "punto de inflexión" que supuso su llegada al Gobierno local en cuanto a, dice, "transparencia" y, por eso, exige que el PSOE mantenga la representación de todos los grupos del pleno en los órganos colegiados. En el texto en el que anunció el jueves el apoyo a la investidura de la socialista Inés Rey, recuerda que en el acuerdo que firmaron las cuatro fuerzas políticas el 20 de julio de 2015 había "capacidades inéditas" para todas. "Confiamos en que las reglas del juego para los próximos cuatro años no supongan un paso atrás en esta materia", expone la Rede de Marea Atlántica, advirtiendo de su "peso" en la corporación y "de lo que eso significa", apostilla.

Cierto es que la oposición tuvo durante los últimos cuatro años protagonismo en todos los órganos colegiados del Concello, un papel que nunca habían tenido en los anteriores mandatos, pero también es verdad que nunca se había registrado en María Pita un Gobierno en minoría, como parece que también lo será el del PSOE. Así, a finales de julio de 2015, se llegó a un acuerdo entre los cuatro grupos, tras semanas de conversaciones, en el que, por primera vez todos los grupos participarían en el consejo de administración de la empresa de aguas Emalcsa, de la de Vivienda, Servicios y Actividades, Emvsa, en el consello rector del IMCE (Instituto Municipal Coruña Espectáculos), el Consorcio de Turismo y Congresos, el de Promoción de la Música, el Patronato de la Fundación Luis Seoane y la depuradora de Bens.

Ya antes de esta ardua negociación, el Gobierno local decidió darle a la oposición voz pero no voto tanto en la Junta de Gobierno Local como en las mesas de contratación. A ambas podría asistir un concejal de los partidos de los otros tres grupos políticos. La medida nunca se había desarrollado en A Coruña. También el Tribunal Económico-Administrativo Municipal (TEAM). Había que renovar dos de sus tres miembros. Uno lo eligió el PP y otro lo selecionaron entre Marea y PSOE, prevaleciendo los intereses de este último, que impuso a su secretario de Organización para el puesto, Isidro Frías, frente a una Marea que prefería un perfil "menos político" para el cargo.

El "respeto por la pluralidad e la democratización" del Concello del que presume Marea Atlántica ahora había sido reclamado con anterioridad por la oposición. Tanto PSOE como PP reclamaron en 2015, antes de llegar al acuerdo, su presencia en los órganos en base al principio de "proporcionalidad" y exigían que se realizara a rajatabla, cuando sus líderes, en sus diferentes etapas de gobierno, nunca lo habían hecho. Los populares, que habían ocupado el Ejecutivo desde 2011, solo ofrecían en aquel momento un puesto en Emalcsa, Emvsa, Turismo y depuradora a repartir entre la oposición.

Esta situación hacía que los Gobiernos locales, hasta 2015, controlaran de manera absoluta la gestión de todos los órganos dependientes del Concello y que la oposición no tuviese manera de juzgar cómo se dirigían. De "radicalidad democrática" define Marea Atlántica la llegada de todos los grupos a estos lugares aunque lo cierto es que, unida a la minoría en el pleno, les supuso varios quebraderos de cabeza. En Emalcsa, fueron varios los asuntos que llevó el Ejecutivo municipal para aprobación y fueron rechazados con los votos de la oposición. El último, el de la remunicipalización de la biblioteca hace pocas semanas.