Arriva cuenta ya con la autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para prestar servicios ferroviarios entre A Coruña y Oporto desde 2020, pero la empresa está a la espera del resultado de una operación trascendente para su futuro. Y es que la firma, originalmente británica, ha sido sacada a la venta por su actual propietario, el grupo alemán Deustche Bahn, lo que sin duda afectará a las decisiones que se tomen a partir de que cambie de manos.

Nada hace prever por el momento que el proyecto de competir con Renfe en la conexión entre Galicia y Portugal corra peligro, ya que la apuesta por ofertar un transporte alternativo al de la empresa pública debe estar basada e un estudio que revela su viabilidad económica. A esto hay que sumar que el inicio del servicio no podrá ser inmediato, al menos con las características propuestas a Competencia, puesto que el tendido no está electrificado en su totalidad a ambos lados de la frontera al estar pendiente de unas obras.

En Galicia la instalación de las catenarias en el tramo Guillarei-Tui para su electrificación tiene un presupuesto de 1,9 millones y un plazo de ejecución de 6 meses, pero también es necesario dar más potencia a las subestaciones eléctricas de las estaciones de Guillarei, Sela y Redondela, actuación que tiene un presupuesto de 4,6 millones y que prevé realizarse en 18 meses. El primero de los proyectos cerró el plazo de presentación de ofertas el 21 de enero y el segundo el 4 de diciembre del año pasado, por lo que deberían estar ya adjudicados. La electrificación de ese tramo pendiente, permitiría reducir el viaje entre A Coruña y Vigo a 70 minutos, según calcula la propia Renfe.

En Portugal todas las obras necesarias están en ejecución e inicialmente se preveía que terminasen en el primer semestre de 2020. Xoán Vázquez Mao, secretario general del Eixo Atlántico „la asociación de municipios de Galicia y el Norte de Portugal„ advierte sin embargo que es posible que haya retrasos y se alargue hasta final de año porque la Administración lusa está colapsada por las numerosas obras que tiene pendientes.

Aunque por el momento no está proyectada su ejecución, también sería decisiva la construcción de una nueva salida ferroviaria de Vigo por el sur, ya que recortaría el trayecto a Tui en 15 kilómetros y el viaje en 15 minutos. Vázquez Mao señala que esa obra tendría un coste de 400 millones de los que la mitad los costearía la Unión Europea por ser un proyecto entre dos países y acusa a la Xunta de "llevar doce años sin hacer nada" sobre esta actuación y al Gobierno central de "dilatarlo para eludir su responsabilidad".

Para el responsable del Eixo Atlántico, Arriva podría prestar servicio desde el inicio de 2020 incluso con trenes diésel, ya que esa es la fórmula actual de Renfe ya que "hay un tren que funciona, y si hay uno puede haber dos". Las seis frecuencias diarias propuestas por Arriva frente a las dos de Renfe "ya supondría una revolución" porque considera que la competencia repercutiría en los precios. "Vemos supernecesario que haya competencia y que haya más de un operador ferroviario", destaca Vázquez Mao, quien anuncia que el Eixo Atlántico se "volcará" para que el proyecto de Arriva salga adelante, así como que presionará para que se ponga en marcha la nueva salida sur de la estación de Vigo.