El concejal de Culturas en funciones, José Manuel Sande, explicó ayer que, entre las cuestiones que le tocará gestionar a partir de este sábado, 15 de junio, al nuevo Ejecutivo municipal está la posibilidad de paliar la pérdida del MAC, el Museo de Arte Contemporáneo que, primero Unión Fenosa, después Gas-Natural Fenosa, y hasta hace unos meses, Naturgy, tenía en la ciudad y que ha decidido cerrar.

El MAC contaba no solo con exposiciones sino también con actividades culturales complementarias y con residencias artísticas. El Concello planteó la posibilidad de que fuese la Fundación Emalcsa la que se hiciese cargo de los fondos y de la actividad generada en el MAC, incluso pagando un alquiler por las actuales instalaciones, aunque, finalmente, ese acuerdo no se cerró antes de las elecciones. "Desde la Fundación Emalcsa en contacto con la Concejalía de Culturas, se desarrolló un trabajo que era, por una parte, el proyecto cultural y, por la otra, el desarrollo de un proyecto económico que fuese en correlación. Evidentemente, forma parte de las cuestiones que estarán en el traspaso de poderes, como cuestiones recomendables que le quedarán al siguiente Gobierno", explicó ayer Sande.

El edil en funciones comentó que, en el programa de Marea Atlántica estaba incluida la "reconstrucción" del MAC, en el sentido de tener en la ciudad un "nuevo espacio de arte contemporáneo que tuviese en cuenta parte del proyecto de MAC y, sobre todo, su ausencia".

Naturgy se mostró dispuesto a que los fondos de la colección se quedasen en Galicia si eran las administraciones gallegas las que se querían hacer cargo de ellas. Es por ello por lo que Sande conminó no solo al nuevo Ejecutivo que entrará en María Pita a partir del próximo sábado sino también a las demás administraciones a ir de la mano para conseguir que la colección del MAC se quede en la ciudad.

El programa de Marea Atlántica incluía una medida transitoria para este equipamiento y las actividades culturales que acogía, como el alquiler de las instalaciones, pero también una medida a largo plazo, que hablaba de la posibilidad de abrir un nuevo museo en los terrenos liberados de la actividad portuaria de los muelles interiores para que no se convirtiesen en "objeto de especulación ni de vivienda sino en propiedad pública y de uso para toda la ciudadanía".