Las obras de saneamiento en las naves de la antigua Comandancia de Obras se han retomado tras aparecer en el mes de febrero restos de una muralla que podría datar del siglo XVIII y obligar a paralizar los trabajos en la zona, detrás de las construcciones en rehabilitación. Pese a que el proyecto del Ministerio de Fomento ya preveía que aparecieran vestigios, fue justo en el lugar donde se instalarían las conducciones de agua donde los operarios se toparon con la estructura defensiva al comenzar a excavar.

Fue entonces cuando el Concello envió a la Xunta el informe del arqueólogo municipal para autorizar el cambio del plan inicial y poder realizar las mismas obras pero otro punto del solar, que se extiende desde la avenida del Metrosidero hasta la parte alta del paseo marítimo en Pelamios. Ya en mayo, la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural aceptó "con condiciones" el informe municipal, obligando a que las estructuras defensivas de la ciudad sean, en un futuro, "cubiertas y protegidas adecuadamente" y, consecuentemente, no estar "afectadas" por los trabajos de canalización requeridos para poner en marcha el centro para jóvenes allí previsto.

El planteamiento aprobado supone alejar un metro y medio la conducción de suministro de los vestigios, definir, mediante metodología arqueológica, "el trazado del sistema defensivo existente" y tener un control arqueológico de los trabajos en todo momento. A la vez, el Concello probó, realizando unas catas, una nueva manera de proceder, pero que al final fue descartada.

Desde hace pocos días, los obreros han retomado ya los trabajos con normalidad, una de las últimas partes que restan para que se pueda dar por concluido el proyecto que asume Fomento. Estas obras de adecuación de las tres naves principales que pertenecían a Defensa tienen un valor de un millón de euros que desembolsa el Gobierno central.

Sin retrasos

La delegación del Gobierno confirmó ayer que este cambio de planes no afectará al plazo de finalización del plan, que se mantiene, como estaba fijada, entre septiembre y octubre. Ya cuando aparecieron los restos, el propio capataz de obra se mantenía tranquilo y afirmaba que quedaban otras labores que realizar mientras esperaban por el visto bueno de Patrimonio y ya avanzaba que no habría retrasos significativos.

Mientras Fomento, en los últimos doce meses ha avanzando en la gestión física del proyecto de convertir las antiguas naves en lugares de esparcimiento para jóvenes, el Concello realizó un trabajo de puesta en común con vecinos y jóvenes de la utilización de los edificios. Finalmente servirán de espacio de reunión y actividades deportivas, lúdicas y culturales para este colectivo, de inicio, con una supervisión de tipo municipal pero con la idea de que pase a ser autogestión de los propios usuarios con el tiempo.

El pasado 23 de mayo, el Gobierno local también dio luz verde, en junta de gobierno, al gasto de poco más de 400.000 euros para el acondicionamiento interior de las estructuras que ahora tendrá que licitarse y ejecutarse. Se mantendría, así, la previsión de que la instalación municipal pueda abrir sus puertas a principios del año 2020.