Una nueva quema de meigas y males volvió a iluminar ayer los arenales coruñeses, que reunieron a más de 100.000 personas de las más de 150.000 que festejaron en la ciudad, según el Ayuntamiento. Riazor y Orzán repitieron como epicentro de una fiesta que comenzó para algunos en la madrugada anterior, en el intento por guardar sitio, común en los últimos años, ya bautizado como "parcelaria". Salpicada por el partido del Deportivo durante toda la jornada, la fiesta siguió la tradición pese a no poder culminarse con un ascenso blanquiazul.
La reserva de plazas empezó para algunos a las cuatro de la madrugada del sábado al domingo. Hicieron turnos para tratar de garantizar que sus hogueras y víveres dispondrían de la superficie deseada. Otros asistentes mostraron su discrepancia y rompieron cintas a su paso por la playa, de camino a algún lugar no conquistado en el que ubicarse, en el año en que se ha hecho popular la consigna: Tu parcela me la pela.
La celebración en las playas comenzó con una transición entre bañistas que ultimaban horas de sol, cintas que delimitaban territorios pretendidamente ocupados y maderas apiladas que se apilaron a partir de las 19.00 h, cuando empezó el reparto del Concello.
El olor a sardinas, churrasco y criollos comenzó a brotar a primera hora de la tarde en distintos puntos y locales de la ciudad. También la música anunciaba fiesta. Hacia al anochecer, el humo, el olor y el ritmo impregnaban la ciudad. El antes y el después del momento cumbre lo protagonizó la música. Novedades Carminha actuó en la explanada de Riazor a partir de las 22.30 h y pasada la medianoche tocó la Orquesta Mondragón. Las jugadoras del Deportivo Abanca, que han ascendido a Primera División, prendieron fuego a la falla, integrada por una bruja, Hércules y Gerión en lucha junto a la Torre, Breogán rumbo a Irlanda, el Dépor entre primera y segunda división o las comparsas de Carnaval y Fernando Amaro Barreiro Cantero, fallecido en abril. Quemada la falla, el fuego y la fiesta tomaron los arenales hasta la madrugada.
