La semana que hoy termina arrancó con la presentación del equipo de Gobierno socialista para los próximos cuatro años. El nuevo Ejecutivo, con nueve concejales, uno menos que los que tuvo Marea Atlántica desde mediados de 2015, afronta una gestión municipal con pactos arreglados con el BNG, en marcha y sin concretar aún con Marea y de más difícil ejecución con el PP y Ciudadanos. Los acuerdos son imprescindibles para que en el futuro la ciudad pueda contar con presupuestos y otras operaciones contables, ordenanzas convenientemente actualizadas, entre ellas las fiscales, y grandes proyectos que susciten el consenso casi siempre complicado de alcanzar en una Corporación a través de los plenos. De los aciertos y errores de gestión dependerá el entendimiento entre los grupos durante el mandato.

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El escenario en el que entra el Gobierno socialista no es muy diferente del que se encontró Marea hace cuatro años, también con la organización del Ayuntamiento sin definir dos semanas después de la investidura de la alcaldesa. Para empezar, Inés Rey ha comenzado a trabajar con el presupuesto prorrogado de 2018, sin intención ni tiempo suficiente de diseñar un nuevo documento. Lo que no es descartable es que se plantee alguna modificación de las cuentas, habitual en cada ejercicio. Marea solo pudo manejarse con cierta comodidad económica en 2018, aún lejos de la cita electoral de mayo pasado y el único curso en el que logró el apoyo del PSOE para la aprobación del presupuesto al inicio del año. El Ejecutivo actual esperará a 2020 para disponer de nuevas cuentas y pretende empezar las negociaciones con los grupos a partir de septiembre, en torno al plazo en el que se cumplen los habituales cien días de cortesía dados por la oposición, para que entren en vigor el 1 de enero.

En esas conversaciones tendrán importancia las concesiones que el Gobierno local estaría dispuesto a hacer a los grupos con los que necesita mayor sintonía para sacar adelante las cuentas y otros asuntos de peso, Marea y BNG, que aportarían sus respectivos proyectos en materias como Medio Ambiente (la ría, residuos y limpieza urbana), servicios sociales (el poblado de A Pasaxe, ayudas de emergencia) o urbanismo (ofimático, planes de vivienda), apuestas susceptibles de coincidir con los intereses del equipo de Gobierno. Es previsible que PP, y quizá Ciudadanos, se muestren contrarios a respaldar estas propuestas.

La aprobación de nuevas ordenanzas ha de pasar también por el pleno y poner a prueba el diálogo y la sintonía entre los grupos. En el mandato anterior fracasó por ejemplo la norma municipal de mercados, tumbada por el PP y el PSOE (que prometió impulsarla por su cuenta y no lo hizo) y rechazada por algunos placeros. Prosperó en cambio, con su aprobación inicial este año, la ordenanza de igualdad, así como la de la ORA.

Hay otros importantes asuntos que a lo largo de un mandato pasan o podrían pasar por el pleno: entre ellos, el plan de movilidad (sin aprobar con Marea en el gobierno, y que en varios aspectos cuenta con el beneplácito de los socialistas) y cambios en las cuentas para dar cabida a la inversión de los superávit generados en un ejercicio. También está pendiente la revisión de oficio de los acuerdos urbanísticos de Someso (aprobados por el PSOE entre 2004 y 2006, y sin enviar por Marea al Consultivo pese a haberlo prometido), una decisión que corresponderá a la Junta de Gobierno Local.

En el ámbito urbanístico son necesarios consensos plenarios para modificaciones en el plan general. Ha pasado, no sin bronca, con la ampliación del catálogo de edificios y elementos protegidos, pendiente de aprobación definitiva; y podría ocurrir en el nuevo mandato si a San Vicente de Elviña se le quiere desafectar del desarrollo del ofimático.

La constitución del Área Metropolitana de A Coruña, gran proyecto de Marea que aplazó en los últimos meses por falta de avances e implicación de otros concellos y de la Xunta, sería un asunto que requeriría de mayoría absoluta en caso de que llegase al pleno antes de pasar por el Parlamento gallego, aunque el PSOE es partidario de que se desarrollen antes planes de movilidad consensuados en la comarca.

Los tributos municipales, objeto frecuente de roces entre los grupos, son también asunto plenario. El Gobierno socialista deberá decidir si mantiene el calendario fiscal establecido por Marea Atlántica a mitad de su mandato, que acarreó fuertes críticas de la oposición, o recupera los plazos anteriores.