Asegura que no hay propuesta suya que haya fracasado, y no parece temblarle el pulso con su nueva banda. Bill Evans (Illinois, 1958), saxofonista ganador de un Grammy, está preparado pra presentar su último proyecto. Con "varias sorpresas" para A Coruña, y la experiencia de trabajar con artistas como Miles Davis, el músico dará su primer concierto como Bill Evans & The Spy Killers esta noche en la ciudad. El show será en el Colón, a las 21.00 h., y marcará el inicio del festival +QueJazz.

En una escena cruda para el jazz, usted se las apaña para seguir estrenando proyectos.

Desde el principio he tratado de crear bandas que me inspiraran, y de llevar a los músicos a la vanguardia de la innovación. The Spy Killers es mi último grupo, una combinación de funk y jazz. Grabamos un disco el año pasado en Australia, Bill Evans and the Spy Killers, y me divertí mucho. Por eso decidí mantener la banda.

Con ella hasta se ha lanzado a cantar. Parece que no acabamos de descubrir todas sus facetas.

A mí me encanta cantar, lo veo como otro instrumento. Y nada se relaciona más con la gente que la voz humana. Además, yo siempre estoy intentando cosas nuevas.

¿Persigue la sorpresa?

Sí, me resulta divertido. Cuanto más impredecible eres, más disfruta la audiencia con tu espectáculo. Me encanta mezclar géneros: soul, funk, hip hop... Para mí, esa es la definición del jazz.

¿Cómo se toma las acusaciones de "comercial" que ha recibido a veces esa propuesta?

En realidad, yo nunca he creado una banda que a la crítica no le haya gustado. Suena a locura, pero es verdad. Si coges a los mejores músicos, ¿cómo podría ser una mala? Siempre he tocado música que me inspira, pero eso no significa que haya cogido la salida fácil.

¿A qué se refiere?

A veces es muy difícil girar con ciertos estilos, incluso si es rock o funk. Pero mi teoría ante eso es que estamos aquí por un corto periodo de tiempo. Por eso solo toco música que quiera hacer. No tengo otros motivos. Yo no toco por dinero, he rechazado suficiente a lo largo de mi vida.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, en 1994. The Rolling Stones me pidieron que realizara una gira en su Voodoo Lounge Tour, pero lo rechacé porque ya tenía una gira con mi banda.

Con uno de los Rolling, Mick Jagger, grabó Primitive Cool. ¿Qué impresión le dio?

Siento decir que es un tipo normal en persona [ríe]. Es un profesional consumado, serio, y sabe lo que quiere. Por eso siento mucho respeto por él.

Antes de Jagger, estuvo con otro grande, Miles Davis...

Aquello lo fue todo. Le ayudé a reunir de nuevo a su banda, y nos hicimos grandes amigos. Yo fui quien le presenté a Miles a Marcus Miller, John Scofield y Mike Stern. Era 1980, y él estaba volviendo a la escena después de haberse retirado.

Opinan algunos que esa emoción que tenía Davis hoy está muerta, ¿se está perdiendo el espíritu jazzístico?

No, el espíritu del jazz nunca morirá, siempre va a crecer. Está en todas partes, y todo el rato están surgiendo grandes intérpretes. Simon Oslender, que está en mi banda, es uno de ellos. Solo tiene 20 años, y ya toca el piano a un nivel muy avanzado.

Usted también comenzó con él, aunque luego se pasó al saxofón. Y los comienzos fueron turbulentos...

Sí, lo encontré imposible durante los primeros tres meses que lo toqué, cuando tenía 11 años. Pero desde entonces siempre estoy intentado decir más con él. Pienso que tienes que ir a territorios desconocidos para mejorar, yo lo veo como una planta. Córtala, y crecerá más grande.