La Universidade da Coruña estrenará el próximo curso el Grado de Ciencia e Ingeniería de Datos, impulsado por el Campus Innova. La coordinadora, Bertha Guijarro, revela que es "interesante" recoger datos, manipularlos y analizarlos para conocer el mundo en detalle. Así se resuelven "problemas multidisciplinares". Quiere profundizar sobre este tema y desmontar estereotipos.

¿Qué novedades presenta esta nueva titulación?

Toma cosas de otras disciplinas, como Matemáticas e Informática, pero a la vez es totalmente diferente. Es una disciplina completamente nueva, pues ahora mismo no hay ninguna titulación que tenga formación tan integral como esta para tratamiento de datos, tanto del análisis como su manejo físico.

¿Cuáles son las expectativas laborales?

Hay un informe del Foro Económico Internacional sobre el futuro de los empleos que coloca en la posición número uno a los científicos y analistas de datos. En el número dos están los especialistas en Inteligencia Artificial, que está un poco relacionado con el Grado, igual que el aprendizaje automático. Es un perfil muy demandado y lo va a seguir siendo porque cada vez generamos más datos en todo. Desde dispositivos móviles a pulseras de actividad pasando por industrias. La cosa más cercana que podamos tener está generando datos continuamente y hay que explotarlos. Y lo que tiene de bueno este nuevo Grado es que se centra en la parte analítica.

¿Cómo ayuda eso?

Se saca más información de todos los datos que se tienen. Como datos de meteorología, de incidencia de no sé qué tipo de cáncer.

Además de la parte científica, ¿qué más incluye este nuevo grado?

Ingeniería de datos. Se ocupa de algo fundamental que es cómo recoger esos datos y manejarlos físicamente. Porque cuando hay un volumen tremendo, hay que saber cómo meterlos en el ordenador y manipularlos para luego poderlos analizar. Sin ese proceso previo es imposible hacer nada. El Grado es muy integral, y no se queda solo en los datos numéricos sino que va más allá. Por ejemplo, en una red social los datos vienen en más formatos y eso también se va a ver.

¿Las redes sociales han cambiado el análisis del datos?

Sí. Por completo. Y sabiendo cómo analizar esos datos podemos llegar a conocer las preferencias de viaje de los usuarios o qué restaurantes les gustan. Pero en el fondo hay muchísima más información. Por ejemplo, cómo se mueven las enfermedades o cuestiones que pueden estar aflorando sobre cambio climático. Es una fuente de información que si la puedes explotar es tremenda. Y eso es solo un ejemplo.

¿Esto también permite a las empresas llegar más fácilmente a sus clientes?

Sí, pero eso ya lo estamos viendo ahora. Entras en Amazon o Netflix, compras algo o ves una serie y eso aprende de ti. Es una fuente interesante porque te ofrecen cosas más adaptadas a tu perfil que te van a gustar. Eso es solo la punta del iceberg. Hay también aplicaciones de medicina personalizada o el proyecto genoma humano. Los avances no solo son posibles por un tema médico sino por la posibilidad de poder manejar todos los datos. Cuanta más gente haya formada en este ámbito, más posibilidades van a surgir.

¿Se juega con eso de que al ser algo nuevo todavía tiene muchos caminos que explorar?

Claro, muchísimos. Aunque nuevo no es porque las técnicas más básicas, por ejemplo, de la Inteligencia Artificial existen desde los años 50. Lo que pasa es que desde hace unos años, con la posibilidad de coger datos de todas partes, se han abierto millones de caminos y han avanzado muchísimo estas técnicas. Es otro mundo diferente.

¿Qué futuro le espera?

(Ríe) El futuro es difícil de adivinar y más en tecnología. Pero en un futuro a medio plazo esto va a ser cada vez más necesario. Seguro. Las empresas lo buscan y no hay suficiente gente formada en esto para atender la demanda. No es un trabajo ni de matemáticos ni de informáticos.

Sobre los alumnos, ¿qué expectativas hay de igualdad?

Todavía no hay datos de matrícula pero tenemos la esperanza de que el Grado puede tener aceptación entre las mujeres, aunque es complicado que haya igualdad de género porque no se puede pasar de cero a cien. A veces en la informática trasciende esa imagen de persona que trabaja sola con su ordenador. La informática no es así, por supuesto, pero la ciencia de datos lo es menos. Está para resolver problemas multidisciplinares trabajando con gente de muchísimas disciplinas.