La Dirección Xeral de Patrimonio ha autorizado al Concello para que acometa las obras de ampliación y reforma del campo de fútbol de Eirís, incluidas en el convenio con Hijos de Rivera mediante el que la cervecera amplió su fábrica con el terreno de juego municipal de A Grela II. El hallazgo de restos arqueológicos en las prospecciones realizadas antes de iniciar el proyecto en 2017 obligó a paralizarlo, ya que Patrimonio ordenó al Concello que modificara el plan para preservarlos. Una vez introducidos esos cambios, en los que figura el desplazamiento del terreno de juego para evitar el yacimiento localizado, el departamento autonómico dio el visto bueno al proyecto, que ahora deberá licitar la administración municipal, aunque la financiación será aportada por Hijos de Rivera.

La remodelación del campo de Eirís es una vieja reivindicación de los clubes de fútbol de la ciudad, ya que el existente no cuenta con las dimensiones necesarias para la disputa de partidos oficiales. A eso se suma que la carencia de césped lo convierte en inadecuado para la práctica deportiva tanto cuando llueve, momento en que se llena de charcos, como cuando hace sol, ya que durante los partidos se forman enormes polvaredas.

La reforma no solo proporcionará césped artificial a la instalación, sino también unos vestuarios para todos los usuarios del campo, ya que en la actualidad solo existen unos situados en una edificación del parque que utilizan en exclusiva los jugadores del Eirís Sociedad Deportiva.

Durante la construcción del parque de Eirís a principios de siglo se hallaron pozos con restos de conchas y fragmentos de cerámica romana que no obligaron a modificar el proyecto, por lo que cuando en 2015 se aprobó un proyecto para remodelar el campo, solo se exigió que se hiciera un control arqueológico de los trabajos. Pero tras el convenio municipal suscrito con Hijos de Rivera, la Xunta ordenó que se realizaran sondeos previos a las obras, en los que se encontró un nuevo pozo con materiales cerámicos y de construcción, además de conchas que indica la presencia romana en la zona.

Tras recibir el informe municipal sobre estos vestigios, Patrimonio reclamó que se efectuaran modificaciones en el proyecto, entre ellas que el campo trasladase su emplazamiento unos metros para no afectar al pozo. Durante los últimos meses, el Gobierno local de Marea Atlántica criticó la demora en la tramitación del permiso para estas obras por parte de la administración autonómica.