La alimentación es la principal necesidad de quienes piden una ayuda de emergencia social al Concello. La vivienda es el segundo concepto más habitual, sin llegar a las solicitudes de comida. Si para subsistencia se concedieron 703 subvenciones, un 65,8% del total, para sufragar los costes del domicilio han sido 458. El gasto sanitario „que incluye tratamientos dentales o gafas„ es otro de los asuntos en los que se invierte este tipo de ayuda puntual y urgente que ofrece la Concejalía de Bienestar Social. Las solicitudes para libros o material escolar o audífonos son ocasionales y suponen solamente 21 del total.

En lo que va de año, el Concello ha concedido 1.068 subvenciones de emergencia por un importe total de 433.845 y solo se han denegado, por no ajustarse a los requisitos establecidos, 73, un 5,29%. Hay otras 376 ayudas que han sido tramitadas en estos seis primeros meses del año pero que aún no se han abonado a las familias, con un importe ya comprometido de 436.530 euros. La previsión municipal de gasto para este año es de 1,6 millones de euros.

Las ayudas ya otorgadas para alimentación suponen 282.980 euros, por encima de la suma de todas las relacionadas con gastos en la vivienda: 92.796 para aspectos generales de los pisos, 54.311 para el pago del alquiler, 16.905 para el equipamiento, 12496 para luz, gas o agua, 6.715 para otros gastos domésticos, y 2.368 para afrontar cuotas de hipoteca.

Durante el ejercicio pasado fue un millón de euros lo ejecutado por el Gobierno local para este concepto, similar respecto al año anterior y subiendo desde 2016. También en las concesiones se nota el aumento durante el mandato pasado, iniciado en 2015. Fueron 1.875 los beneficiarios de esta ayuda ese año; una cifra que fue creciendo de manera constante, sobrepasando los 2.300 usuarios. Si se mantiene el ritmo de peticiones hasta julio, también en este ejercicio se pasará de las dos mil solicitudes aprobadas.

Labor de prevención

La concejala de Bienestar Social, Yoya Neira, explica que en los próximos años trabajará para reducir la cuantía destinada a estas ayudas urgentes a través de una labor de "prevención". "Siempre va a haber situaciones sobrevenidas, pero lo importante es trabajar en la prevención, porque quitaremos mucho de emergencia", comenta. Considera que es necesario "acompañar" a personas en riesgo de exclusión que acuden al departamento municipal en busca de apoyo a través de itinerarios de empleo o formación para que no requieran de este tipo de subvenciones de emergencia.

Además de este objetivo, Neira se marca la tarea de revisar en los próximos meses el funcionamiento de la renta social, puesta en marcha hace tres años, para que llegue a un mayor número de personas. También continuará la descentralización de los servicios sociales para poder atender de manera más cercana y ágil a los ciudadanos en riesgo de exclusión social.