Un Arenas, Fernando, fue quien fundó, en 1963 la emblemática librería del 21 del Cantón grande. Otro Arenas, Manuel, la gestiona desde el fallecimiento del primero, en 1990. Fernando Manuel, hasta ahora el último Arenas de esta saga, la heredará algún día. Desde luego, parece que la pervivencia en el tiempo de la librería Arenas está asegurada. Fernando Manuel lo tiene claro. "Yo siempre supe que quería hacerme cargo de ella cuando mi padre se jubilase. Me gusta", expone el joven, de 19 años.

Padre e hijo así lo han dispuesto. Por ahora, el joven Arenas empieza a formarse en el oficio, como explica su padre, desde abajo. "Queremos que conozca bien la empresa. Estuvo en almacén, aprendiendo como funcionan los inventarios, las novedades, los pedidos. Ahora también está en tienda. Luego pasará a contabilidad", explica Manuel.

Así lo formó a él su propio padre, Fernando, aunque, como reconoce, al principio no iban a ser esos los derroteros. Cuando solo contaba 18 años, la repentina muerte de su padre obligó a Manuel a enfrentarse a una decisión: continuar con sus inclinaciones hacia el diseño gráfico o hacerse cargo de la librería, que, de lo contrario, estaría abocada al cierre. Manuel no tuvo dudas al respecto. Fernando, a quien Camilo José Cela definió como "uno de los mejores libreros de España, enamorado del libro y un gran difusor de la literatura" había inculcado a su hijo un hábito lector que hoy ha heredado el nieto.

Pronto Fernando Manuel se pondrá al frente de la sucursal de Arenas que abrirá sus puertas próximamente en la avenida de Oza, donde colgará el rótulo de Arenas Libros. El establecimiento pondrá a prueba un nuevo concepto de librería, con ediciones limitadas y libros exclusivos y que tendrá como sello la venta personalizada.

Un principio por el que siempre se ha regido Manuel, que reivindica el oficio del librero como algo más que vender libros. "Es algo muy personal. Hay que conocer al lector, saber lo que le gusta y lo que puedes recomendar a cada uno", explica el propietario. Una clientela que la librería ha sabido granjearse y mantener a lo largo de su más de medio siglo de historia bajo ese nombre. Es gracias a eso que, en opinión de Manuel, la librería ha sobrevivido en pleno auge de competidores gigantes como Amazon u otras plataformas de venta masiva de libros que empiezan a comerse a los pequeños negocios de toda la vida. El secreto, explica, está en que el lector vea el valor que reside en la relación con el librero como mediador y la librería como espacio de búsqueda.

La personalización en la venta es otro de los distintivos de Arenas que el joven Fernando Manuel Arenas piensa mantener cuando le toque estar al frente del negocio. Por ahora, como él mismo reconoce, "toca seguir aprendiendo".