La iniciativa inmobiliaria conocida como As Percebeiras y que oficialmente recibe la denominación de Plan Especial de Labañou vuelve a reactivarse con la presentación por parte de los propietarios de los terrenos de un nuevo proyecto en el que se disminuyen las alturas de los edificios con respecto a la propuesta efectuada inicialmente. La Xunta y el Concello rechazaron en 2017 el diseño que los promotores habían presentado para este polígono al estimar excesivas las dimensiones de las torres planteadas, ya que figuraban tres de 16 plantas y otras tres de 13, 11 y 9 pisos.

La negativa al proyecto llevó al Gobierno local de Marea Atlántica y a los promotores a iniciar el año pasado conversaciones para alcanzar un acuerdo sobre un diseño del polígono que tuviera un menor impacto visual, ya que se encuentra a corta distancia del mar en la zona del obelisco Millennium. Esas negociaciones culminaron a final de 2018 con la presentación de un nuevo borrador del plan especial y del documento ambiental estratégico que debe acompañarlo para su tramitación.

La documentación fue aportada por la inmobiliaria Metrovacesa, de la que un informe bursátil del Banco Sabadell del pasado mes de marzo señala que posee 29.000 metros cuadrados en este polígono, cuya superficie total es de 44.000 metros cuadrados y su edificabilidad de 60.000. La mayor parte de ella, 50.000 metros cuadrados, están reservados en el plan general para viviendas, mientras que el resto tendrían uso comercial.

Según el anterior Gobierno local, la nueva propuesta de los promotores, que ahora deberá ser tramitada por el Ejecutivo socialista, "descarta el pelotazo urbanístico que se plasmaba en el plan general", ya que consideraba que la distribución de los edificios es "de mayor calidad urbana, más respetuosa con el borde litoral y acorde con un urbanismo no agresivo", a lo que añadía que tendría un "volumen edificatorio más razonable", aunque sin mencionar las alturas máximas que se permitirán en el polígono.

El plan que los promotores presentaron en 2016 preveía construir 403 viviendas en edificios elevados pero esbeltos, como propuso el arquitecto Manuel Gallego Jorreto, autor del diseño, para evitar que formasen una pantalla que impidiese contemplar el mar desde el nuevo barrio, en el que el plan general permitía una alta densidad edificatoria. Pero la Consellería de Medio Ambiente y el Concello se opusieron al proyecto por estimar que la altura de los edificios incumplía la normativa del plan general, que establece en ocho el máximo en este polígono, aunque permite la posibilidad de superarla si se justifica de forma adecuada.

Tras este rechazo, el Gobierno local dio en 2017 tres meses a los promotores para presentar un nuevo proyecto en el que las alturas de los edificios fuesen menores, aunque solicitaron un plazo más amplio que se consumió sin que se aportase el plan. En septiembre se informó al Concello de "importantes cambios de titularidad de terrenos" y de la intención de presentar el proyecto. En esa fecha se produjo la compra por el fondo de inversión Blackstone de los suelos propiedad del Banco Popular a través de la inmobiliaria Aliseda, cuya sede coruñesa aparecía hasta entonces como domicilio social de la comisión gestora del polígono.

En octubre el Gobierno local declaró caducado el Plan Especial de Labañou y fue entonces cuando comenzaron las negociaciones con los propietarios de los terrenos, de las que se dijo que su objetivo era "mejorar todo lo posible" un proyecto urbanístico al que se calificaba de "muy denso y con un impacto visual y paisajístico muy importante para la ciudad".

As Percebeiras ya contó con un proyecto anterior en 2002 que preveía una torre de 47 plantas y otra de 35, además de otros tres edificios de 10 pisos. El plan quedó paralizado, pero el Gobierno local del PP cambió el plan general para dar un 20% más de edificabilidad a los terrenos y limitar las alturas a 8 plantas, aunque con la posibilidad de aumentarlas.