"Todos deben hacer lo que sea necesario para que sea una realidad. Estaré vigilante y exigente, y pediré a todas las administraciones que se pongan de acuerdo", manifestó a finales de julio de 2009 el entonces alcalde, Javier Losada, sobre las dificultades financieras que por entonces pasaba la obra del puerto exterior coruñés. El ministro de Fomento, José Blanco, acababa de cifrar en 240 millones de euros el desfase presupuestario existente en el proyecto, por lo que el regidor reclamó una solución al problema con el fin de impedir la paralización de esta actuación.

El presidente de Portos de Galicia, José Manuel Álvarez-Campana, propuso aumentar la edificabilidad de los muelles con cuya venta estaba prevista financiar el puerto exterior, de forma que se obtuviese una cantidad superior a la prevista inicialmente, pero su planteamiento obtuvo un rechazo rotundo en la ciudad. La Xunta, mientras tanto, se oponía a participar en la financiación de los trabajos, que ya habían superado el 50% de su ejecución.

Hubo que esperar a que en 2011 el presidente de Puertos del Estado, el coruñés Fernando González Laxe, concediese a la Autoridad Portuaria un crédito de 250 millones para concluir las obras, del que finalmente solo fueron necesarios 200, para acabar con la incertidumbre financiera.