Catorce años después de que el Concello firmase un convenio con los propietarios del suelo para llevar a cabo su desarrollo, el polígono de O Portiño reactiva su tramitación, ya que la inmobiliaria Metrovacesa presentó a finales del año pasado -aún durante el mandato municipal de Marea Atlántica- un avance de la propuesta que pretende ejecutar en este lugar, así como el análisis de las condiciones ambientales. La ubicación de esta bolsa de suelo, de 495.000 metros cuadrados de superficie, al borde del mar hace que se vea afectado directamente por el Plan de Ordenación do Litoral de la Xunta, lo que condiciona de un modo determinante la actuación que se ejecute.

El plan general de 2013 establece que del casi medio millón de metros cuadrados incluidos en este polígono de O Portiño habrá 330.747 metros cuadrados dedicados a espacios libres, equipamientos y viales, mientras que el resto está reservado para vivienda. Al asignarse a esos terrenos una edificabilidad de 342.024 metros cuadrados, de la que el 85,45% será para viviendas en edificios, la previsión es que habrá en torno a los 3.000 pisos, a lo que se sumará que el 10,5% del suelo edificable será para chalés. También habrá un 0,32% de suelo para infraestructuras y un 3,75% para instalaciones comerciales.

El proyecto de O Portiño se llevará a cabo mediante el sistema de compensación, por lo que serán los propietarios de los terrenos los encargados de urbanizar esta amplia superficie antes de que se concedan las licencias para la construcción de los inmuebles.

El primer proyecto para este lugar fue presentado en 2005 también por Metrovacesa y su superficie era de 578.501 metros cuadrados, de los que el 40% eran propiedad de esta inmobiliaria, en aquel momento la segunda en tamaño de Europa. El plan comprendía la construcción de 2.640 pisos de precio libre y 660 de protección oficial, además de otros de promoción pública para realojar a los habitantes del poblado de O Campanario. El 70% de las viviendas estarían situadas en edificios de cinco y seis plantas y el resto en chalés adosados, aunque también se proyectaron dos inmuebles de trece plantas y otros dos de nueve que suscitaban el rechazo del Gobierno local de la época.

El diseño del polígono preveía el trazado de un bulevar de acceso al polígono desde la rotonda de Cuatro Vientos, próxima a la parte superior del barrio de Os Rosales, a cuyos márgenes se construirían los edificios de menor altura, mientras que al fondo de ese vial se situaría un complejo de chalés adosados que tendría una forma semicircular, aunque también habría viviendas unifamiliares al borde la carretera que llega hasta el parque del monte de San Pedro. El terreno más próximo al mar acogería una zona verde de 97.000 metros cuadrados que permitiría enlazar los parques de San Pedro y de Bens.

Los promotores, que habían pactado previamente con el Gobierno local el diseño del polígono entregaron al Concello su plan para O Portiño en enero de 2006 con la previsión de iniciar las obras al año siguiente y poco después supieron que el Gobierno local proyectaba abrir un enlace directo del nuevo barrio con la tercera ronda, para cuyo inicio aún faltaban varios meses.

Cambio urbanístico

Pero antes de que el proyecto fuese aprobado por el pleno, el Gobierno local de PSOE y BNG presentó en mayo de 2008 una propuesta de modificación del plan general para aumentar la edificabilidad en este polígono. La iniciativa suscitó polémica porque un año antes se había encargado al arquitecto Joan Busquets la redacción de una nueva ordenación urbanística para la ciudad. La Xunta no solo advertía de la necesidad de esperar a que se elaborase el nuevo plan general, sino que se permitiesen más viviendas, aunque eso no fue obstáculo para que socialistas y nacionalistas diesen su respaldo al cambio en la normativa.

La justificación aportada por aquel Ejecutivo municipal para variar el documento urbanístico fue que era necesario introducir la el límite de la zona de protección del litoral para impedir que se construyera a menos de 500 metros del mar, además de la conexión de los viales del polígono con la tercera ronda. Sobre el aumento de edificabilidad, que pasó de 0,61 metros cuadrados por metro cuadrado a 0,69, se argumentó que el aprovechamiento urbanístico era "sensiblemente parecido" al del plan general de 1998, entonces vigente.

Cuando se elaboró el nuevo plan de urbanismo de 2013, el Gobierno local del Partido Popular dejó la edificabilidad en este polígono en 0,57 metros cuadrados por cada metro cuadrado de superficie.