Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, a los que se adhirió el Concello en diciembre del año pasado bajo el título Coruña Próxima 2030, reclama a las ciudades incluidas en el programa internacional que reduzcan el "consumo de suelo virgen". Los nuevos desarrollos urbanísticos que diversos propietarios tramitan ante el Concello, como la prevista en O Portiño, chocarían con las recomendaciones que incluye la agenda sostenible municipal, que defiende que la construcción de nueva vivienda se adecue a las "dinámicas de población" y a las "nuevas actividades económicas", reclamando que la alternativa que tomen los Gobiernos locales sea la "productividad del suelo ya transformado".

Este programa, que coordina el Ministerio de Fomento para todo el Estado, obliga a realizar una memoria específica para "incorporar" al plan general que aún no se ha hecho pública. En ella, deberían introducirse medidas para "vincular la ordenación territorial con la planificación económica, cultural y de los recursos naturales" con el objetivo de conservar la naturaleza, los "usos rurales tradicionales" y prestar "especial atención" a los pequeños núcleos de población, evitando su desaparición frente a grandes urbanizaciones residenciales.

Este plan de futuro, muy relacionado con aminorar los efectos del cambio climático, establece que se tenga en cuenta el "problema territorial" a través de una "visión estratégica y de desarrollo supralocal". Para ello, llama al Concello a "coordinarse" con los "núcleos adyacentes" teniendo en cuenta "sus características propias de clima, humedad, territorio y paisaje". Tanto en municipios cercanos como en los pocos núcleos tradicionales que permanecen habitados en la ciudad, Coruña Próxima 2030 tendría que impulsar la "máxima interconexión" entre los ámbitos rural y urbano, favoreciendo, añade el plan, actividades forestales y agrícolas así como ganaderas con políticas de desarrollo rural sostenible.

El Concello asume en la memoria publicada en su web, como uno de los principios trasversales del plan, el desarrollo sostenible de la urbe, protegiendo el medio ambiente y con eficiencia en el uso de recursos. Para ello apuesta por la movilidad entre núcleos con una economía de proximidad que evite el uso de los coches particulares y reduzca sus emisiones.

Estas estrategias, aunque a falta de traducirse en medidas específicas, chocarían con los desarrollos urbanísticos que están en tramitación en el servicio de Urbanismo del Ayuntamiento y contemplados en el plan general aprobado en el año 2013. El polígono de O Portiño es uno de los que están pendientes y para el que el proyecto de los promotores prevé la construcción de 3.000 pisos y una urbanización de chalés. El Gobierno municipal pretende que los edificios estén lo más alejados posible de la costa ya que, al estar al lado del mar, el plan quedará afectado por el Plan de Ordenación Litoral (POL) y por el Espazo Natural de Interese Local (ENIL) de las islas de San Pedro, a punto de aprobarse.

Otra de las urbanizaciones pendientes de tramitación administrativa es el de As Percebeiras, cuyos propietarios del suelo han presentado diversos proyectos desde hace casi 20 años sin llegar a acuerdo con la administración local. La última propuesta presentada al anterior Ejecutivo municipal prevé reducir las alturas proyectadas para rebajar el impacto visual de los edificios, que se situarían frente al paseo marítimo en el entorno del obelisco Millennium.