Las plantas de tratamiento de residuos de A Coruña, en Nostián, y de la Xunta, en Cerceda, mantendrán su histórico distanciamiento. El acuerdo, forzado, entre ambos modelos de gestión de la basura se resiste por el precio que la Xunta quiere aplicar al Ayuntamiento, que lo considera excesivo pese a la rebaja temporal comprometida por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ante la alcaldesa, Inés Rey, el pasado lunes. Las diferencias económicas han llevado al Concello a buscar en gestores privados una salida a los rechazos „residuos tratados, pero que no se pueden recuperar„ que se acumulan en la planta de Nostián, lo que ha provocado una amenaza de multa de la Xunta. La Concejalía de Medio Ambiente ultima un acuerdo con el grupo Gestán Medioambiental para enviar sus rechazos al centro de tratamiento As Pías, en el municipio de Sobrado, por un precio sensiblemente inferior al de Sogama, según fuentes conocedoras de las negociaciones.

La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, mantuvo ayer diversos encuentros con gestores privados para encontrar una salida para los rechazos. El Concello necesita una solución urgente porque, hoy, viernes, vence el plazo concedido por la Xunta para evitar la apertura de un expediente sancionador por la acumulación de rechazos dentro de las instalaciones de Nostián. En estas negociaciones, el Ayuntamiento se decanta por la opción de Gestán en Sobrado y espera cerrar el acuerdo a principios de la próxima semana, según las fuentes consultadas.

Gestán ofrece una tarifa de entre unos 40 y 47 euros por tonelada de rechazo, en función de su tipología. Este precio incluye el transporte de los residuos, un servicio que no incorporan los alrededor de 55 euros de Sogama, indican las fuentes consultadas por LA OPINIÓN. La Xunta solo compromete esta tarifa para dar salida a las 7.000 tonenadas de residuos que se acumulan en Nostián. Solventada esta urgencia, elevaría el coste a entre 68 y 69 euros, la tarifa ordinaria para otros ayuntamientos. La oferta de Gestán es estable y se prolonga más allá de la solución para el actual apilamiento de rechazos.

El precio en Sobrado se acerca al que la concesionaria de Nostián, Albada, ya abonaba por el envío de rechazos a Grixoa, cerca de Santiago, dentro de los márgenes económicos del contrato por el que el Ayuntamiento le había adjudicado la construcción y gestión de la planta de residuos coruñesa. Lo hizo hasta abril, cuando la Consellería de Medio Ambiente, tras las quejas vecinales por olores, decretó el cese de la actividad de estas instalaciones, según ha informado el departamento autonómico. Albada precisa un gestor externo al que enviar sus rechazos porque llenó en siete años su vertedero interior, proyectado para recibir residuos durante veinte años.

El acuerdo entre Nostián y Sogama se daba por hecho por el Gobierno local desde mediados de mes, cuando la alcaldesa señaló que era la opción "más rápida" y de "menor coste". Tras un par de reuniones, el Ayuntamiento había enviado a Sogama la documentación requerida sobre sus residuos y la Dirección Xeral de Calidade Ambiental había autorizado el traslado de la basura a la planta de Cerceda, para su incineración.

El acuerdo final solo estaba pendiente del precio. Y ha sido el precio el que, salvo giro en las próximas horas, ha truncado un contrato que supondría el primer intercambio de residuos entre dos modelos que han convivido como antagónicos a pesar de que el acuerdo de colaboración firmado en 2007, nunca puesto en práctica, los consideraba complementarios. Aquel año, con el PSOE en la Alcaldía y en la Presidencia de la Xunta, Ayuntamiento y Xunta acordaron que Sogama enviara a Nostián sus residuos orgánicos y recibiera los rechazos de la planta coruñesa.