Este dibujante francés se mueve por terrenos que ni el cómic ni la novela gráfica acostumbran a transitar. Las distopías, las realidades paralelas o la crítica a la sociedad de consumo son algunos de los temas que ha tratado en su obra. Ahora se atreve con la adaptación de la novela El Jugador de Ajedrez, de Stefan Zweig. Impartirá una charla hoy a las 18.15 en el Kiosko Alfonso.

El jugador de Ajedrez, de Stefan Zweig, es una obra dura aunque carezca de violencia explícita. ¿Cómo se plasma esta carga de forma gráfica?

El núcleo de la obra, para mí, es cuando el Señor B es prisionero de la Gestapo. La forma en la que quería transmitir ese miedo y sufrimiento no era a través de las expresiones del personaje, sino por la narración y la repetición de viñetas. Los bucles que se crean ayudan a generar y crear esa atmósfera.

Adaptar a Zweig es complicado. ¿Qué es lo que le resulta tan atrayente de la obra de este autor?

En este libro, el mensaje está oculto, no todos veremos el mismo mensaje o de la misma forma. Para mí es un combate entre el señor B y Czentovi. Se resume en un combate entre un personaje ilustrado y otro bruto y bárbaro, es una metáfora entre lucha entre un régimen ilustrado y la brutalidad del nazismo.

Su obra está claramente politizada. ¿Echa de menos este tipo de compromiso político en el gremio de los novelistas gráficos?

La banda diseñada ha dado un salto como medio, ya no es un medio para niños, los autores hablan de sus miedos, sus dudas, sus inquietudes, y se posicionan directa o indirectamente, es un medio mucho más libre, y plural.

Su obra trata temas como la distopía, la ciencia ficción, o las realidades paralelas. ¿Hay sitio en el mercado para estos productos más complejos?

No sé si esto tendrá un lugar en el mundo de la banda diseñada. Yo intento acercarme a lo íntimo con mi trabajo, no a un público o mercado concreto. Busco ser fiel. Cuando estoy trabajando en un proyecto, mi objetivo es mejorar, e intentar dar una versión fidedigna al mensaje de la novela, el libro ha encontrado a su mercado, sí, pero no lo ha buscado.