El 13 de agosto de 2017, El Concello y Galena Hoteles, del grupo Hotusa, cerraron el contrato de arrendamiento de las instalaciones del hotel Atlántico, en los jardines de Méndez Núñez, ahora Eurostars Atlántico. Para entonces, no estaba garantizada la continuidad de los trabajadores que, hasta ese momento, habían prestado sus servicios con lo anterior adjudicataria, Parisiana, sino que entraba en vigor unos días después, el 22. Ramón Neira, que es trabajador del hotel y que hace un año era el portavoz de Unión Sindical Obrera (USO), explica que mantienen su trabajo 38 personas de las 41 que eran, ya que ha habido bajas voluntarias durante este primer año de trabajo.

La jefa de recepción del Atlántico, Noelia Pallas, comenta que, durante estos doce meses, el hotel ha conseguido mejorar las cifras que había heredado. Cerró el mes de julio con un 88% de ocupación y un precio medio por habitación de 75 euros. En comparación con el mes de julio anterior, la tarifa media subió seis euros, ya que antes estaba en 69; y la ocupación aumentó dos puntos, de modo que julio de 2017 se había cerrado con un 86% de ocupación.

La primera quincena de agosto, el Eurostars Atlántico rozó el 100% de ocupación, aunque las cifras no se pueden comparar con las del año pasado, ya que fue en este periodo cuando se realizó el cambio de titularidad, por lo que las reservas se vieron afectadas.

En el traspaso, Parisiana intentó que Galena comprase el mobiliario con el que había equipado el hotel y que dejaba a su marcha. Este proceso, según explica Pallas, se cerró "con un acuerdo de cesión", a pesar de que hay piezas que pertenecen a Parisiana y que el Atlántico no usa, que están guardadas en un almacén a la espera de que sus dueños vayan a recogerlas.

Una vez superado el primer año de trabajo, la plantilla ha iniciado los contactos con la empresa para negociar un nuevo convenio colectivo que mejore sus condiciones salariales y laborales. "Nuestro objetivo es mantener el convenio del hotel y mejorarlo, aunque aún estamos en el primer capítulo de la negociación", comenta Neira. La plantilla asegura que ha hecho la transición "con normalidad" y trabajando "como siempre".

El concejal de Marea Atlántica que, para entonces era el encargado de Emprego e Economía Social, Alberto Lema, incide en que el objetivo del Gobierno local era doble: el mantenimiento de los empleos y que las arcas municipales dejasen de ingresar "una renta antigua" de 2.500 euros anuales por la concesión de un hotel en el centro de la ciudad.

"Adelantamos dos años la finalización de la concesión basándonos en fuentes indirectas sobre la inauguración del hotel. Fue el primer pleito que le ganamos a Parisiana, que tenía la concesión. Desde un punto de vista de rendimiento era una explotación completamente disparatada porque no tenía ni siquiera posibilidad de actualizar el IPC", relata Lema. El Concello, que desechó su promesa inicial de instalar allí una residencia univeristaria, optó por rescindir el contrato de 50 años y sacar a concurso la concesión con dos requisitos: el mantenimiento del empleo y la valoración económica, que partía de un millón de euros, dejando a un lado cuestiones como la cesión del mobiliario, que dejó que se resolviese entre las partes. El Concello fijó ese precio de salida basándose en el valor del edificio, que es de 16,79 millones.

La puja la ganó Galena Hoteles, con una propuesta de 1,55 millones de euros anuales más IVApor 20 años. "Este millón y medio de euros pasará a formar parte del capítulo de ingresos del Concello durante los próximos veinte años y eso es muy relevante, no solo por el dinero sino también por lo que significa para la ciudad como atractivo turístico, porque es una cifra que es difícil que se pague en cualquier otra ciudad del Noroeste", analiza Lema.

Con posterioridad a este acuerdo, que entró en vigor el 22 de agosto, la Junta de Gobierno Local aprobó una cláusula por la que se le podía subir un 10% el alquiler a la concesionaria si había un subarrendamiento de las instalaciones, como una herramienta para velar por la continuidad de los puestos de trabajo. Cualquier incumplimiento de las condiciones del pliego, según explica Lema, serían para el Gobierno local, motivo para rescindir el acuerdo entre las partes.