A las 23.59 horas de hoy expiraba el plazo que Hércules de Armamento tenía para abandonar voluntariamente las instalaciones de la fábrica de armas, en Pedralonga. Un plazo que, ayer, se vio interrumpido, ya que, el día anterior, la firma había presentado un escrito ante el Ministerio de Defensa en el que alegaba contra esa orden de desalojo.

A partir de la recepción del escrito, el proceso se paraliza hasta que el Ministerio de Defensa resuelva si la empresa tiene razones para reclamar su continuidad en el complejo industrial o si, por el contrario, debe continuar el desahucio planeado que, a partir de las 00.00 horas de este jueves, ya entraría en la fase de forzoso.

La empresa se aferra al complejo industrial de Pedralonga a pesar de que para él hay ya varios proyectos sobre la mesa. Uno de ellos, y el que más avanzado está, impulsado por la Universidade da Coruña y empresas privadas, que pretende concentrar en este enclave la Ciudad de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), un parque centrado en el desarrollo de nuevas tecnologías. Para ello, Defensa ha preparado ya un convenio que permitirá a la Universidade la utilización del suelo industrial. La Xunta, sin embargo, apuesta por que sea en Pedralonga donde se construya la ampliación del hospital. El Concello considera que ambos proyectos son compatibles.

El Ministerio de Defensa decidió revocar la concesión a Hércules de Armamento después de que la firma no consiguiese cumplir las exigencias que había suscrito en 2014, cuando ganó el concurso para explotar los equipamientos que había dejado General Dynamics en la ciudad. Para entonces, la empresa se comprometió a pagar 250.000 euros en concepto de canon anual "dentro del plazo de diez días hábiles a aquel en que se cumpla un año desde la formalización de la concesión". Hércules, sin embargo, solo satisfizo una de las cuotas desde entonces.

La concesionaria se comprometía también a generar empleo y a tener actividad industrial algo que, sin embargo, no ocurrió, por lo que Hércules empezó a contraer deudas, no solo con sus empleados, a los que adeudaba nóminas, sino también con la Administración y con las empresas que tenía contratadas para el funcionamiento de las instalaciones. Hércules perdió el permiso para fabricar armas al quedarse sin empresa de seguridad en las naves, también le cortaron la luz y el agua. La razón de estas marchas era siempre la misma, que no se hacía cargo de las facturas por los servicios recibidos.