El globo de Os Castros tuvo este año un ascenso accidentado, inusualmente breve, y una larga y amarga despedida a ras de suelo. Los restos del aerostato de papel permanecían ayer, tres días después del fallido lanzamiento, en el parque de San Diego. La tardanza en retirar sus restos provocó sorpresa y malestar entre los usuarios del parque, que no dudaron en criticar la situación en redes sociales.